Durante demasiado tiempo, el “lujo tranquilo” ha estado a la vanguardia de la moda, con marcas que buscaban aumentar las ventas con una moda segura y profundamente aburrida, como los jerséis de cachemira lisos y la sastrería atemporal, y honestamente: zzZZ

Por suerte, parece que la moda que te hace sentir algo que vuelve a estar de moda, como en el caso del desfile de alta costura de Schiaparelli de Daniel Roseberry, en el que el diseñador tejano envolvió a un bebé de mentira en tecnología brillante y obsoleta, como teléfonos antiguos y cámaras digitales, disquetes y cables de carga indiscriminados, y el inquietante desfile de Margiela Artisanal de John Galliano, que todavía nos tiene asfixiados.

Paloma Elsesser, Kai-Isiah Jamal y otros miembros de la creciente comunidad Chavarria lucharon contra el amor, la pérdida, la frustración y la nostalgia bajo el techo de la misma casa, antes de congregarse en un funeral para bailar en los pasillos. Al igual que Peter Do hizo anteriormente en Helmut Lang, el diseñador se propuso explorar temas de protección para la nueva temporada, lo que tiene sentido dado el estado del mundo. Y no sólo sentido, sino también un mensaje político y social.

Mientras la película se trasladaba a la vida real, las modelos que la protagonizaron desfilaron vestidas con la sastrería retorcida característica de Chavarría, que celebraba y daba un nuevo giro a su herencia chicana. Abrigos de hombros anchos se superponían a prendas deportivas holgadas, con grandes cadenas de oro colgando del cuello, mientras que bombers de gran tamaño se superponían a bermudas y se remataban con elegantes zapatillas de charol. Todo evocaba las siluetas de los años setenta, con cuellos largos y puntiagudos, cinturas altas y chaquetas recortadas.

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