Daniel Lee en su prospección de renovar y propagar el buen gusto inglés, ha contemplado su mirada a acentuar piezas que realmente sean deseables para los angustiosos compradores, mismos que recaen en una rentable atracción. Estratégicamente, el predominante factor es la relevancia de la tradición y un rebelde pensamiento, que se manifiesta en una suavidad campestre, trasciendo una resonante calidez ilusoria.
Es un conservadurismo que es vagamente retorcido, es legitimado con una funcionalidad que traspasa en una conjugada masculinidad. Su gruesa relajante visión impone una sensación de protección y un maleable estricto uso de color en su idea de un casual estilo urbano. Es como si estuviera combinando Kensington, Chelsea y St. John’s Wood, en una reformulada, sartorial perspectiva monárquica que decreta un exclusivo guardarropa para las grandes ligas: la realeza británica. Sus brown double – breasted jackets, son reminiscencia de una rigurosa apreciación a los minuciosos y superficiales detalles – ya que de un lado, se combinan bomber leather jackets con wide checked pants, personificando una paleta de colores estupendamente austera – tiene que llover para discernir la vibrante cautelosa eufonía de Burberry.
No sabemos si Daniel no se percata que los ardientes clientes del hemisferio sur, no necesariamente, requieren prendas de este tipo. Son demasiado exquisitas y formidables, pero en cierto modo, su anticipado uso, es racional y confuso. Es genuinamente brillante, ya que al adquirirlas y sentirlas, es posible resguardarse de las torrenciales lluvias y apocalípticos inviernos que se avecinan. No podrás usarlas, pero el tiempo guiara su utilidad. Lee te esta dando una costosa y necesaria preparación para soportar tales brisas, con inesperadas livianas piezas que simbolizan notoriamente una relevancia al paso de los años.
Aquella engañosa apariencia, ¿podrá estimular y cubrir la perecedera situación financiera que experimentan? Con su sexta colección, el re – branding de un molido caballero, es vagamente elogiado y su retorno a las justas londinenses, sintoniza un inteligente unión a un idealismo cultural que evoca el Trench Coat.
Resto de los looks:
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