Apenas comienza el año y ya podemos empezar a conocer las tendencias que se llevaran para la temporada de frío. Si, pues empiezan las ediciones de Fashion Week, y esta vez es el turno de la capital de la moda italiana, donde Domenico Dolce y Stefano Gabbana nos presentaron nuevamente la cultura italiana en su colección otoño-invierno.
Esta vez, regresan a sus orígenes y toman como inspiración los oficios y el corazón de ellos: los artesanos. La colección se vuelve una cápsula del tiempo que nos lleva al pasado, haciendo énfasis que esto es fundamental para comprender el futuro, y es debido a que lo hecho a mano juega un papel importante dentro de la firma.
Podemos ver una alusión de los trabajos con técnicas como pintado a mano, tejido de punto y sastrería, pero también encontramos la reinterpretación de los mismos: un jardinero, un zapatero y un relojero son algunos de los maestros que pudimos ver revivir en los modelos que portaban sus uniformes, los cuales rescataban el estilo propio de cada trabajador.
La historia que se cuenta se vuelve un tributo, puesto que es de las manos de estas personas que nacen increíbles creaciones. Un ejercicio de mostrar a las nuevas generaciones la belleza que guardan estos trabajos y la gran tradición que se suspende en el tiempo al pasarse de padres a hijos.
Te dejamos aquí unos de los looks que desfilaron para la colección:
El jardinero
Agregando las herramientas que uno de ellos usaría y grandes canastas de flores, es lo que capta la atención de este look y nos da a entender que oficio estamos por ver: con un overol hecho de piel, un suéter de punto debajo de este, una pequeña boina de pana y zapatos con vintage effect, se construye el outfit del primer oficio que aparece en la pasarela.
El pintor
Este look además de rescatar los típicos elementos que ocuparía un pintor (godete, pinceles, tubos de oleos) interpreta el “uniforme” que usaría: una camisa y un par de pantalones anchos cubiertos por un delantal de piel, todo pintado a mano haciendo referencia a cómo se transforman sus prendas y se convierten, al mismo tiempo, en piezas de arte después de un largo tiempo de uso.
El electricista
Nos ofrece un look elegante, pero conserva los elementos básicos del oficio. Cables, pinzas y destornilladores sobre un abrigo XL de lana en tonos gris, que tiene diferentes tipos de bolsillos, una bufanda oversized y una boina con estampado pata de gallo. El look cierra con un par de botas negras con aspecto gastado por el trabajo realizado.
El relojero
Un conjunto que reafirma el uso de los bolsos: chico, mediano y grande, todos en un mismo look. Los mismos como parte del oficio para guardar las herramientas y los típicos relojes de bolsillo. Un abrigo de lana, sobre unos pantalones de tartán se complementa con una boina y zapatos con hebilla.
El pastor
Es uno de los looks menos literales, pero que asertivamente reinterpreta a estos hombres, llevando un bastón, típico de este oficio. El look logra un contraste de volúmenes entre la parte superior e inferior: se construye de un suéter de lana con las iniciales de la marca, un pequeño bolso de piel que cruza por el pecho y pantalones oversized de borrega. Para terminar, unas botas de piel desgastadas.