El ron es uno de los destilados más subestimados. Pero si bien. los variados estilos disponibles, hacen que el ron sea increíblemente versátil, también hacen que sea difícil de entender. Las técnicas, los ingredientes, la mezcla, la ubicación de origen, así como el lugar de maduración y mucho más, contribuyen a una esencia que merece mucho mas que tomarse con coca.
El ron es el licor perfecto para los días relajados, largos y calurosos de finales del verano. Es genial limpio o sobre hielo, servido en un old fashion clásico o en una interminable variedad de cócteles tropicales. ¿Lo mejor de todo? Puedes conseguir una botella de alta calidad sin gastar una fortuna. Abundan las opciones fantásticas, como Brugal 1888, que sus orígenes se remontan alrededor del año 1667 y se sitúan en las islas Canarias y el Caribe.
Te recomendamos degustar el ron con dos icónicas versiones, Santo Libre, un trago largo de gran popularidad en República Dominicana, usando el jugo fresco de limón en un vaso largo lleno de hielo, refresco de limón, el splash de club soda y complementada con una rodaja de limón.
Y el segundo Don Nano’s, en un vaso old fashioned se coloca la esfera de agua de coco en el fondo y posteriormente vistiendo el ron.
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En la actualidad, la coctelería utilizando el ron es tan variada como sus tipos, desde el blanco, añejo, dorado, especiado, entre muchos otros que ofrecen un mundo de posibilidades no sólo en el campo de la mixología, sino también en la gastronomía, y para los paladares de todos.
El ron Brugal 1888 presenta aromas que evolucionan con el paso del tiempo, especiado, con presencia de chocolate, café torrefacto y sabores que recuerdan a canela y frutos secos. En el paladar es agradable y suave con notas a caramelo, madera y regaliz que se transforman en sabores dulces y sublimes que prevalecen en la boca después de haberlo degustado.
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