En la cultura popular mexicana la imagen del “Pachuco” es inconfundible, tal vez a la par del nopal, Frida Khalo y el aguacate, símbolos que son un exportador más de la “mexicanidad” del siglo XX.
De esta forma, los “Pachucos” en la moda, han sido un gran referente gracias a su vestimenta tan característica, compuesta de trajes sumamente holgados y que acompañan de una actitud rebelde y festiva. El impacto que tuvo (o tiene) en la moda no fue mínimo, pues todo configura un entramado de significados que desarrollaron una identidad única.
Los “Pachucos” fueron una de las primeras expresiones culturales de los mexicanos en Estados Unidos en la década de 1930, impulsada por jóvenes que cruzaban al país norteamericano desde Ciudad Juárez, Chihuahua y que sirvió para denominar un estilo de ser y vestir de aquellos mexicanos en el territorio extranjero.
Como lo destaca el filósofo Rodrigo Osegueda para la revista México Desconocido: “El concepto ‘Pachucho’ se originó como una reducción de la frase “Vamos pal’ Chuco”, que quería decir “vamos al Paso, Texas”. Así, la evolución como subcultura se desarrolló de forma amplia durante las décadas de 1940 y 1950.
Su vestimenta es (o era) única, pues lucían elegantes trajes holgados, sombrero y se movían al ritmo del mambo, danzón, la salsa y el jazz. La indumentaria para los hombres incluía el famoso “zoot suit”: saco, camisa de cuello ancho, chaleco, pantalón holgado, cadena, tirantes y sombrero borsolino.
Este holgado conjunto gozó de gran popularidad entre los músicos de jazz, llamándolo “drapes” durante los años 30 en el Harlem, Nueva York. Después, dio un salto y se extendió entre las comunidades inmigrantes de Estados Unidos como los italianos, judíos y por supuesto, los mexicanos.
Por otro lado y como toda innovación incómoda, esta forma de vestir motivó a una serie de desaprobaciones, prejuicios y acusaciones delictivas contra los jóvenes por parte de instituciones civiles y familias enteras.
En este sentido, los “Pachucos” siempre han dado de qué hablar, situación que los ha llevado a ser objeto de ensayos, estudios y trabajos de tesis, lo que comprueba su gran impacto. Una de las reflexiones sobre la vestimenta de los Pachucos, quedó escrita en el ensayo El pachuco y otros extremos de Octavio Paz.
“El ‘pachuquismo’ es una sociedad abierta en ese país (Estados Unidos) en donde abundan religiones y atavíos tribales, destinados a satisfacer el deseo del norteamericano medio de sentirse parte de algo más vivo y concreto que la abstracta moralidad de la ‘American way of life’. El traje del ‘Pachuco’ no es un uniforme ni un ropaje ritual. Es, simplemente, una moda. Como todas las modas, está hecha de novedad madre de la muerte, decía Leopardi (poeta y filósofo italiano del siglo XIX) e imitación”.
Además, deja escrito que “la novedad del traje reside en su exageración. El ‘Pachuco’ lleva la moda a sus últimas consecuencias y la vuelve estética. Ahora bien, uno de los principios que rigen a la moda norteamericana es la comodidad; al volver estético el traje corriente, el ‘Pachuco’ lo vuelve impráctico. Niega así, los principios mismos en que su modelo se inspira. De ahí su agresividad”.
La aportación estética y cultural de los “Pachucos” es un eslabón más de la identidad mexicana que siempre está en movimiento, buscando nuevas formas de expresar una nueva identidad. Así, en particular, el “pachuquismo”es por mucho, uno de los más reveladores y radicales movimientos en búsqueda de su autenticidad.
Referencias
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