In-fit: la tendencia de hombres -casi desnudos- en Instagram que nadie veía venir

La ropa que usamos cuando estamos solos resulta ser placentera, holgada, sexy y a veces no mantiene cercanía, ni coherencia con nuestra vestimenta habitual: lo que llevamos para salir en público. Tiene mucho sentido que el atuendo que decidamos usar dentro de casa contenga nuestra más pura esencia. Como resultado obtenemos una declaración a veces sigilosa o estridente de ese momento en que sabemos y tenemos la certeza de que nadie nos ve. Este nuevo termino in-fit, da nombre una forma de llevar la ropa que, quizás, siempre existió pero que nunca nadie se atrevió a sofisticar y mucho menos convertirla en una tendencia. 

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Poco antes de la crisis del coronavirus, Instagram comenzaba a abarrotarse de chicos que combinaban crop tops, camisetas viejas, mini shorts, conjuntos deportivos y camisas simulando ropa interior, lo cual no solo generaba miles de likes por ser fotos casualmente atrevidas, sino que de cierta manera justificaba ese deseo implícito que algunos teníamos sobre usar ropa íntima, sentirnos cómodos en cada rincón de la casa y encima tener el valor de postearlo. La virtud de las telas suaves nos permiten retorcer nuestros cuerpos para conseguir la postura de reposo que más nos agrade y la que constantemente estamos buscando.

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Lo curioso es que esta tendencia no se reduce al erotismo (por más que parezca), aunque si trata de desnudez. Prácticamente el in-fit puede ser cualquier cosa que nos brinde comodidad y nos haga sentir como en una segunda piel. En él no existen normas sociales y las reglas del mundo exterior quedan obsoletas. Es ilimitado y es regido especialmente por el  antojo de quién lo lleva. 

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Puede que la emoción generada por las combinaciones exóticas y el descubierto de la piel traigan consigo sensaciones tropicales lejos de alcanzar en estos momentos. Hoy el deleite de la libertad yace en una camiseta vieja que se revalorizó y volteaste a ver solo porque era demasiado arriesgada para usarla afuera.

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Trabajar desde casa requirió de artimañas que nos hicieran disfrutar del interior al máximo y con total abandono. Entre fantasías de ropa interior, sabanas y pedidos de Uber Eats, la realidad actual convirtió a Instagram en el epicentro de la novedad.