Es necesario decirlo: el lubricante que usas puede influenciar importantemente en el éxito del acto sexual. Tan importante como el deseo, este factor es otra de esas pequeñas -pero importantes cosas- que puede cambiar completamente el rumbo de un encuentro sexual. Imaginemos esta escena: estás en el clímax de tu encuentro, ya no hay ropa y estás a punto de, de eso, tu pareja sugiere el uso de un lubricante, lo encuentras y de repente: “¿no tienes otro tipo? estos normalmente me irritan,” dice ella.
No podemos culpar a nadie por tener preferencia sobre un lubricante o por otro, sobre todo cuando, para el sexo, debemos ser -o al menos eso queremos pensar que somos- bastante selectivos con las personas con las que elegimos compartirlo. En un mundo de juguetes, lencería e infinidad de elementos que pueden elevar el acto sexual, la oferta de lubricantes también ha crecido de la mano de las necesidades o incomodidades de cualquier persona.

Foto: Sebastián Patiño
Para conocer el lubricante que más se acomoda a tus necesidades y a tu tipo de acto sexual, porque eso también puede que influya (algunas cosas necesitan más ayuda que otras) una de las recomendaciones más importantes es sentirte a gusto explorando nuevas cosas. Si, abriéndote a la posibilidad de, incluso, normalizar la conversación en público acerca de estos temas, que muchas veces puede ser una de las mejores formas para encontrar -a través de la recomendación- la opción que más puede funcionar.
Lubricantes a base de agua
Uno de los más recomendados cuando se busca disminuir la sequedad vaginal o anal, es un lubricante fácil de limpiar y que normalmente no causa manchas. Sin embargo, el lubricante a base de agua tiende a secarse rápidamente, por lo que hay que reaplicarlo constantemente. Tampoco es el más recomendable para hacerlo en la ducha; por ejemplo, porque al contacto con el agua, adiós lubricación.
Lubricantes a base de aceite
Este tipo de lubricante te asegura el no tener que detener el coito para una nueva aplicación. Sin embargo, es este tipo el que también puede ser el peor enemigo de tus sábanas. Muchas veces los lubricantes a base de aceite tienen un pigmento natural proveniente del propio ingrediente que puede causar manchas en las telas (o ropa interior). Es este, también, el que necesitará más de una sesión de lavado para poder retirarlo completamente.
Lubricantes térmicos
Si nunca has usado uno de estos lubricantes, es momento de que lo pruebes. El lubricante térmico es ese que genera una ligera sensación de calor en la zona en donde se aplique y activándose a través de la fricción.

Foto: Sebastián Patiño
Lubricantes retardantes
Al igual que algunos tipos de preservativos, los lubricantes también tienen una presentación destinada a darte una pequeña ayuda cuando quieres que el acto sexual dure más de lo que tu cuerpo -o tu mente- tiene estipulado para ti. Advertencia: muchas veces ocurre que algunos lubricantes retardantes, al entrar en contacto con los labios, pueden causar un efecto de ligero adormecimiento en la zona. Si, como una especie de anestesia.
Lubricantes a base de silicón
Muchas personas confunden estos lubricantes con los que son a base de aceite, pero el lubricante de silicón es mucho más compatible con el látex de los condones y mucho más noble con la piel de las zonas íntimas.
Lubricantes con sabor
El lubricante estrella para el sexo oral. Son lubricantes 100% comestibles que, como lo dice su nombre, vienen cargados con distintos sabores para que cumplas alguna de tus fantasías de foodie en el sexo.