La Inteligencia Artificial, uno de los avances tecnológicos más revolucionarios y una realidad cotidiana de la que todos tienen una opinión diferente al respecto. Así, en este mar de opiniones, lo único que compartimos son las interrogantes sobre el futuro de la fuerza de trabajo humana y ni hablar de la creativa, que difícilmente sabremos en qué derivará todo el asunto. ¿En qué punto estamos respecto a esta tecnología? ¿qué cambios debemos aplicar en nuestra vida para convivir con ella?
Stradivarius colección Primavera/Verano 2023 con ayuda de Inteligencia Artificial
La segunda década del siglo XXI ha empezado con grandes cambios, sociales, políticos, ambientales y desde luego, tecnológicos que viven entre sí dentro de una humanidad más expuesta y que vive con demasiados estímulos del exterior, principalmente visuales. Uno de ellos y que da vida a este texto, es la inteligencia artificial, también conocida como IA.
De acuerdo con Google Cloud, la inteligencia artificial (IA) es un conjunto de tecnologías que permiten que las computadoras realicen una variedad de funciones avanzadas, incluida la capacidad de ver, comprender y traducir lenguaje hablado y escrito, analizar datos, hacer recomendaciones y mucho más.
Dice, además, que la IA es la columna vertebral de la innovación en la computación moderna, lo que libera valor para las personas y las empresas. Por ejemplo, el reconocimiento óptico de caracteres (OCR)que usa la IA para extraer texto, datos de imágenes y documentos para convertirlo en contenido no estructurado o en datos estructurados listos para las empresas, además de brindar estadísticas valiosas.
Si el año pasado la “novedad” fueron los NFT’s y el metaverso, en 2023 la IA recibe la estafeta en la cual, cada vez más personas se unen a la conversación, no porque todo el mundo le importe saber de tecnología, sino porque es una innovación que toca distintas áreas profesionales que, de alguna manera, “atenta” contra el mundo tal y como lo conocemos. Las famosas “formas de hacer las cosas”.
Cuando una conversación se vuelve tan plural es porque impacta en muchos ámbitos y la Inteligencia Artificial es una de ellas, desde la vida cotidiana de un creador de contenido viral para redes sociales, pasando por un investigador, diseñador gráfico, actor o hasta el director creativo de una marca perteneciente a un conglomerado de lujo que sienta que, en un futuro, su trabajo será descontinuado.
Y no es para menos, ya que por definición, el IA es un gran campo que abarca diferentes disciplinas, incluidas la informática, el análisis de datos y las estadísticas, la ingeniería de hardware y software, la lingüística, la neurociencia; hasta la filosofía y psicología.
Esta sensación no es nueva (se ha visto cantidad de veces a lo largo de la historia humana cuando se enfrenta a nuevas tecnologías o paradigmas), de hecho, es una condición humana muy natural ante lo desconocido. Sin duda, causa miedo, incertidumbre y la solución más rápida y sin esfuerzo sería condenarlo, darle la vuelta y mostrar hostilidad.
Sin embargo, en un mundo más abierto y permisible como el en que vivimos expuestos, en donde el contenido y estímulos del exterior entran en nuestro interior sin ningún filtro, las típicas frases: “hay que afrontar lo nuevo y dejar lo viejo” o “la vida avanza”, podrían no ser las adecuadas o al menos, oportunas, si recordamos que no siempre estos nuevos inventos traen mejoras en la calidad de vida y laboral de las personas. Especialmente si lo miramos desde la perspectiva de las diferencias sociales y desde luego, económicas.
Debemos de ser conscientes de lo que estas frases motivadoras esconden. ¿Realmente son necesarias? Esto lo debemos confrontar de frente a los beneficios que ofrece el IA, como por ejemplo, la automatización (trabajo autónomo sin la supervisión humana), errores humanos para buscar la precisión, las tareas repetitivas y la investigación.
Desde luego, en estos beneficios se puede encontrar algo favorable, pero entonces, nos hallaríamos en una de las tareas más complicadas y en la que nos corresponde actuar como individuos: la capacidad de identificar cuando algo es perjudicial, favorable o simplemente, carente de sentido.
Se dice que la sociedad mundial tiene mejor y mayor acceso a la educación si lo comparamos con la vida hace cien años, pero con la Inteligencia Artificial, cuándo sabremos si algo es falso, irreal o atenta contra nuestra libertad de expresión y de discernir entre lo que es o no real.
Un ejemplo más reciente y controversial de la aplicación de la Inteligencia Artificial fue el papa Francisco, en una imagen que le dio la vuelta al mundo donde se veía al Sumo pontífice caminando por las calles del Vaticano con una chamarra estilo Balenciaga o Moncler.
A fin de cuentas, la imagen era manipulada, fake, cuyo diseño fue ejecutado a través de la plataforma Midjourney (programa de inteligencia artificial con el cual sus usuarios pueden crear imágenes a partir de descripciones textuales). Su creador, Pablo Xavier, aseguró que “quería generar una idea divertida y psicodélica, como al Papa con un abrigo hinchado de Balenciaga o Moncler, andando por las calles de Roma”, según relató Xavier al medio BuzzFeed.
Con esta noticia, las estadísticas no se hicieron esperar y según un el informe Generative AI: Unlocking the future of fashion, hecho por McKinsey, la Inteligencia Artificial, creadora de imágenes, podría generar entre 150 y 275 mil millones de dólares de beneficios a la industria de la moda en los próximos cinco años.
Si hablamos de la moda, no solo nos referimos a nivel visual, como los diseños, las campañas publicitarias, los editoriales, la publicidad, sino también a todo lo que conforma el ecosistema de la moda como lo es el marketing, la generación de contenido original para redes sociales, el periodismo y la investigación.
Entre las más populares se encuentra Chat GPT, donde GPT3 es la herramienta de IA más popular del mercado gracias a la facilidad de uso y la rapidez en sus respuestas. Dentro del marketing digital tiene diferentes usos, especialmente en la generación de contenidos.
El meollo del asunto sobre la Inteligencia Artificial recae en si el ser humano es desechable por solo anteponer una condición económica y de productividad. Una visión muy antropocentrista, pues nos creemos indispensables para la supervivencia del universo.
Pero si lo comparamos con las proporciones pertinentes, con la revolución industrial, la gente pensó lo mismo y si bien, en un principio, las personas del viejo continente se quedaron sin empleos, tuvieron que adaptarse a vivir entre la maquina y el humano. Algo que ya lo hemos hecho desde la llegada de la digitalziación (musica, fotografía, arte, documentos, etc.).
Precisamente, se dice que áreas del arte como la pintura, la fotografía, al cine, la moda, la locución y el diseño se verán afectadas en cuanto a recurso humano y mentes creadoras, pero no creo que suceda, solo se deben de conciliar. El mundo de la pintura no desapareció con la llegada de la fotografía a finales del siglo XIX, sin embargo, se perfeccionó, pues surgieron corrientes como el cubismo, el surrealismo y modernismo que sumaron una perspectiva diferente del arte.
Sin duda, estamos en una etapa sumamente temprana para tomar partido sobre si esta innovación es buena o mala. Además, parecería algo soso llamarlo así en pleno siglo XXI, pues a estas alturas, nada es blanco y negro.
Sin duda, esto plantea un cambio, uno que algunos aceptarán, pero que tampoco es necesario que todos lo hagan. Tocará aprender a vivir con ello, habrá aciertos y fallas, pues desde luego, es algo novedoso; también aspectos que se saldrán de los marcos éticos (por supuesto, legales), pero nada para escandalizarse.
Queda aprender, aprender a leer con cuidado todo lo que veamos y para eso se necesita una postura ética al respecto. Tendremos que desarrollar un lenguaje y una visión para conocer lo que las propuestas artísticas nos fijan, pero sobre todo, toca defender la humanidad, en el sentido más filosófico y hasta romántico, donde la intuición y el sentido de humildad sean los motores para que no perdamos el sentido de unidad.
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