La salida de Alessandro Michele de Gucci fue una noticia que sorprendió a más de uno, pero ahora, la decisión parece tomar sentido si consideramos que como empresa, la idea de Gucci es seguir creciendo monetariamente y eso era algo que ya había hecho con Michele a lo largo de casi ocho años al frente de su dirección creativa. Así, antes de él, estuvieron otros y después, vendrán más que como Alessandro, labrarán el nombre de Gucci en la historia de la moda.
En este sentido, pocas casas de moda tienen una historia como Gucci, cuyo nombre en la actualidad goza de una excelente reputación en el mundo del lujo aunada a la del mito y la glorificación por parte de quien usa algo con el logo de su firma.
Todo empezó con Guccio Gucci, un joven florentino que en 1920 abrió una tienda en su ciudad natal basada en el trato artesanal del cuero. La atención al detalle en los acabados y la calidad de los materiales se volvieron rápidamente el éxito de aquella pequeña empresa, cuyo sello particular eran los bolsos, los cinturones tricolores y los mocasines.
A su mando le sigueron Aldo, Vasco y Rodolfo (hijos de Guccio) quienes comenzaron a expandir la tienda con sucursales en Milán y Roma, además de la tienda que ya tenían en Florencia, en la Via della Vigna Nuova.
La inminente llegada de la Segunda Guerra Mundial y una nueva economía, marcó la internacionalización de la marca, estableciendo una sucursal en Nueva York. Más tarde, durante las décadas de los 50 y los 60, Hollywood enloqueció con la “G” de Gucci, efecto que contribuyó a consolidar a la marca como un símbolo del lujo internacional.
Pero hablar de los directores creativos es también hablar de la historia de Gucci y de cómo el lujo ha ido evolucionando, empezando por Dawn Mello, quien tomó el cargo en la dirección creativa luego de los pleitos familiares que pusieron a Gucci bajo una mala reputación. Para esto, Mello, quien era la directora de los grandes almacenes de Nueva York de Bergdorf Goodman, llegó a la marca para darle forma.
Dawn Mello fue contratada en noviembre de 1989 como vicepresidenta ejecutiva y diseñadora jefe de Gucci. Durante su estancia, redujo el número de tiendas de más de mil a 180 como un movimiento para reconstruir la exclusividad de la marca. Asimismo, simplificó el número de artículos vendidos por Gucci, pasaron de 22 mil a siete mil piezas, además de revivir el icónico modelo de bolso Bamboo y el mocasín Gucci.
Sin duda, el mayor acierto de Mello fue contratar a Tom Ford para supervisar la colección de prêt-à-porter femenina de Gucci. Hasta ese momento, Ford era un joven y desconocido diseñador que revolucionaria, no solo a la marca florentina, sino al mundo de la moda en general. Después de cinco años de ardua labor, Dawn Mello renunció y regresó a Bergdorf Goodman como presidenta de la empresa.
Con lo que respecta a Tom Ford, su llegada a Gucci fue todo menos desapercibida. La célebre colección Otoño/Invierno 1995 estuvo conformada por pantalones de terciopelo ceñidos a la cadera, blusas de seda y escotes de vértigo, dominando la estética grunge y minimalista.
La nueva estrategia de Gucci al frente de Ford quedó definida por prendas con un fuerte componente sexual reflejado en prendas y accesorios útiles para una mujer nocturna. Su contraparte masculina plasmó un erotismo o mejor dicho un homoerotismo, tanto en colecciones como publicidad.
Mi ropa siempre es sexual, glamurosa, sobrepuesta, lacada, pulida. Tiene una calidad quebradiza hasta llegar a lo cristalino”, afirmó Ford sobre su propuesta en Gucci.
En 1999, la casa que había entrado casi en bancarrota cuando Ford se unió, fue valorada en aproximadamente 4,3 mil millones de dólares. Lo que se multiplicó a su retiró en 2004, siendo, el Grupo Gucci, valorado en 10 mil millones de dólares.
En abril de 2004, Ford se separó del grupo Gucci después de que él y CEO, Domenico de Sole (socio de Ford en el éxito de Gucci), no pudieran llegar a un acuerdo con los jefes de relaciones públicas sobre el control artístico del grupo. Ante esto, Ford se ha referido como una experiencia “devastadora” porque “puso todo en ella durante 15 años.”
A Ford le sucedió Alessandra Facchinetti,nombrada diseñadora de la línea de ropa de mujer en 2004. Desgraciadamente, después de solo su segunda colección, fue reemplazada por Frida Giannini. Por esa razón, llegó a ser llamada como “la diseñadora joven más subestimada de Italia” por la periodista de moda Sarah Mower , después sus comienzos en falso, de alto perfil, en Valentino y Gucci.
Ambas salidas esporádicas también hicieron surgir comentarios como el que no ha sabido estar en ningún momento a la altura de las circunstancias.
De esta manera, su lugar fue reemplazado por Frida Giannini, cuya trayectoria en la casa italiana comenzó en el año 2002, cuando se convirtió en directora creativa de la línea de bolsos de Gucci. No fue hasta 2005, cuando debuta como directora creativa de la línea de prêt-à-porter de la firma. Un año después, se hace del control de todas las líneas de la firma italiana, debutando en el diseño de moda masculina con una colección inspirada en el actor Peter Sellers.
A su paso por Gucci fue premiada en 2009 con el International Designer of the Year del Fashion Editors Club de Japón, el Fashion Designer of the Year de los Premios Glamour Británicos y el Fashion Group International’s Design Star.
Con ella al frente, se supervisó todo lo relacionado a la marca, desde el entorno arquitectónico, el diseño de interiores y la dirección creativa de las campañas publicitarias. En la ropa que Giannini mostró para Gucci, siempre apostó por una mujer más femenina y por unos diseños basados en la revisión de los archivos de la firma y de la tradición italiana.
De Giannini a Michele
Por casi ocho años, Alesandro Michele cambió por completo a la firma italiana y la cultura pop; encabezado por sus colecciones, pero también por su mancuerna con artistas como: Jared Leto, Harry Styles, Billie Elish y Lana del Rey.
Maria Luisa Frissa, directora del programa de grado de diseño y artes multimedia de la Universidad Iuav de Venecia dijo al respecto: “Alessandro supo captar el deseo del consumidor en un momento preciso, que es de lo que trata la moda. Y ha sido capaz de dar continuidad a una historia, la de Gucci, al tiempo que propiciaba una ruptura. Como crítica, no me interesa especialmente el pasado, pero sí cómo se puede volver a contar una historia de una manera viva, definir un organismo con un diálogo actual”, concluye la también autora de Las formas de la moda. Cultura, industria y mercado (Ampersand, 2020).
Michele llegó a Gucci contratado por Tom Ford, cuando era director creativo, hace 20 años. No fue hasta finales de 2014, cuando el director general de Gucci, Marco Bizzarri, le dio la oportunidad para lanzar en 2015 su primera colección para la temporada otoño-invierno de ese año. Un suceso que definitivamente marcó un antes y un después artísticamente, pero también de forma monetaria, pues le trajo a Kering ganancias millonarias. Con su llegada a Gucci, las ventas se dispararon en cifras récord, tanto, que en 2017 aumentaron un 45%, con lo cual logró recaudar 6 mil 200 millones de euros en facturación.
A Alessandro se le otorga el papel de impulsor del genderless como una medida sin etiquetas, donde sus clientes estaban dispuestos a jugar con los códigos del género de una manera romántica, melancólica, maxilamista y libre.
“Lo sexy no tiene que ver con tu aspecto, sino con cómo tu cuerpo puede estar en contacto con tu cerebro y con el poder del ser humano. La manera en la que mueves tus manos, la manera en la que miras a una persona; es tan poderoso”, aclaraba Michele en el pódcast The Sex Ed.
Si en el peor de los casos sus colecciones son olvidadas, la cultura pop siempre estará para recordarnos su estatus de celebrity icon, tal como sucedió con Gianni Versace, pues su relación con los artistas del momento, ha sido clave para la firma, principalmente con Harry Styles, Maneskin y Jared Leto por mencionar algunos.
Mucho se ha dicho del fin de una era y no es para menos. Así, a culminado una era de cambios sociales, creativos y económicos, tanto para la firma como para la industria en general. De esta forma, se espera que su reemplazo sea otro talentoso tendrá que continúe conectando con las ideas frescas de los jóvenes, pero que no descuide el lado creativo que Michele supo proponer a la perfección.
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