Paris Fashion Week es uno de los acontecimientos más importantes dentro de la industria de la moda. Esta vez, todas las firmas tuvieron que demostrar su adaptación a la nueva normalidad.
Una de las marcas que se ha perfilado como un ejemplo claro de innovación es LOEWE. Su director creativo, J.W. Anderson, se caracteriza por tomar un enfoque vanguardista que busca mantener la marca a la par de la sociedad y conservarse fiel ante su esencia e ideales que caracteriza a la marca de lujo Española más influyente del momento. En cada uno de sus lanzamientos se puede ubicar un eje central inspirado en el (maxi)minimalismo, además de mantener un sentido entre las prendas, el calzado y los accesorios, los cuales son creados de manera meticulosa para ofrecer una historia atractiva que se acopla a momentos específicos de la realidad.
Por ejemplo, su colección cápsula LOEWE x Divine se inspiró en el Pride Month la cual destruyó toda la idea que se tenía sobre masculinidad y adoptó el concepto del Drag en 10 diseños creados a partir de la imagen de una de las transformistas más famosas de los años 80.
Pero esta vez se deja de lado la extravagancia de los estampados y de los colores para tomar como “musa” a la nueva normalidad: los sentimientos que genera estar en confinamiento y la estética de lo rústico para presentar 28 look que, a primera vista, pueden parecer arriesgados, pero al conocer el trasfondo del proceso creativo, se entiende el objetivo de esta colección primavera-verano 2021.
Show in a box: la alta costura puede ser tangible
Para mantener su concepto artístico la marca reinventó su proceso creativo para presentar la colección en un nuevo formato inspirado en la pieza Museo Portátil de Marcel Duchamp. La pasarela, backstage, los modelos y todo lo que conlleva un desfile -incluyendo el soundtrack- fue cambiado por un archivero, figuras de cartón troquelado, muestras de telas y un tocadiscos manual.
En el interior de la caja se encuentra una carta escrita por Jonathan Anderson en la que explica el significado que hay detrás de una colección que nació a la par de una crisis mundial.
También se añadió un cuaderno de inspiración que contiene los sketches de las prendas, tarjetas con muestras de los textiles que se utilizaron para confeccionar la colección, figuras cúbicas que muestran las piezas en un formato de 360 grados, un par de lentes elaborados en papel que pueden ser ensamblados y utilizados para hacer aún más placentera la experiencia, un mini tocadiscos con la música que fue usada en su presentación digital y postales con fotografías del calzado y accesorios.
Todo este nuevo concepto tiene como fin romper con las barreras digitales para mantener una conexión extrasensorial entre la marca y el público. “El menor de los problemas en estos momentos es que haya o no un desfile, sino de hacer lo correcto para preservar la salud de todos” explicó Anderson en un mini video informativo en el que expresa sus ideales y cómo la moda puede transformarse ante cualquier situación.
Las piezas cumplen con un objetivo atemporal para poder ser utilizadas en cualquier estación del año, además de cumplir con el principal objetivo en la moda: ser funcionales. La colección tiene como clave las siluetas voluminosas que desafían las normativas del vestir gracias a los cortes y el estilo que maneja cada una de las prendas basadas en los diseños arquitectónicos modernos.
De la mano de la artesana Idoia Cuesta y de un grupo de expertos en técnicas artesanales, se realizaron técnicas especializadas para dar vida a piezas únicas en su clase. Por ejemplo, se usa la técnica del arte Shibori para teñir partes específicas de las telas con el fin de representar el ascenso de la luz dentro de la oscuridad. Este proceso es parecido al arte tie-dye pero con siglos -y mucha historia- de diferencia pues el Shibori (shiboru – exprimir y presionar) data de los inicios del siglo VIII.
Los abrigos trench con capas, los monos con mangas de globo, las capas redondas parecidas a un paracaídas y los bolsos en forma de piñas son algunos de los diseños más surrealistas que se pueden apreciar dentro de la colección. Algunos podrían catalogarlos como piezas únicamente de colección, pero no. Son complementos totalmente utilitarios y sustentables que buscan generar una ruptura en el estilismo clásico masculino con el fin de transformar la estética convencional que engloba a los hombres.
Las cintas laterales, los dobladillos perfectos, las aberturas y las texturas exuberantes son las características más evidentes de una colección que responde a la necesidad de un nuevo aire en la estética masculina; además de ser un claro ejemplo de que la moda no es sinónimo de banalidad, pues, la colección, tiene como objetivo contar una historia que inspire, que estimule los sentidos y promueva el arte.
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