El imaginario colectivo ha creado estéticas para cada profesión, asignándoles una forma particular de vestir, a la cual, cada persona es capaz de inyectarle un estilo propio. A los escritores, pocas veces se les mira bajo la lente de la moda, pero también visten y eligen qué ponerse día con día, lo que los hace incapaces de salirse del alcance de la moda. Sin embargo, su estilo al vestir ha estado cargado de estereotipos, que al igual que todos, en algún momento tuvieron alguna realidad inscrita. Hoy, en moda 2022 para el escritor que llevas dentro, haremos un repaso por diversos estilos de escritores y a partir de ello, desmenuzar lo que podría conformar el look de un amante de las letras.
Una de las líneas más directas para encasillar el estilo de los escritores, sería el “intelectual”. Sobre esta palabra han girado miles de percepciones, estereotipos, mentiras y hasta fetiches; lo que lo convierte en un estilo popular y exitoso.
Alguien intelectual, como su nombre lo dice, es una persona que tiene conocimiento especializado sobre un área en concreto, pero que ha encontrado en el ámbito cultural y/o académico, una rama dónde explotar su significado; atribuyéndolo a poetas, ensayistas, escritores y periodistas de renombre. Por años, especialmente durante los 50 y 80 en México, estos profesionistas eran venerados y consolidados, pues marcaban la pauta cultural e ideológica del país.
Pero no solo México pasaba por este efecto, pues alrededor de globo terráqueo, franceses, ingleses y estadounidenses, también exportaban esta idea del erudito: intelectual que vive por y para los libros, creándose así un estereotipo. ¿Cuál es ese estereotipo?
Debido al contexto político y social de México, a partir de la segunda mitad del siglo XX, influenciados por el socialismo, presidencialismo y otros factores, los escritores y periodistas hicieron una especie de “renuncia” a lo considerado como moda. Cosa que no pasaba de forma tan extrema en Europa o Estados Unidos. Así, la imagen del intelectual se decantó hacia una apariencia desalineada, poco estética, sin prestar demasiada atención a lo que vestía. Aunque dentro de eso, algunos hacían su propio juego.
Camisas con cuello ancho y en triangulo, sacos de lana, pantalones de vestir, zapatos negros o café; cabello poco recortado o incluso largo, así como los inconfundibles lentes, fueron poco a poco convirtiéndose en un estereotipo masculino de intelectual-escritor-periodista, al que años después se vería como una imagen de antaño, obsoleta y hasta parodiable como la de Woody Allen, que cuya figura icónica conformada por su caminar; apariencia delgada y un tanto encorvada, sus gafas y cabello, tiene su lugar dentro de un posible “core”.

Woody Allen
Sin embargo y por fortuna, no todos los estereotipos perduran. Así, ahora este estilo “intelectual” se puede tomar como una referencia para una estética más chic y moderna.
Algunos de los más grandes referentes de estilo en este ámbito son los periodistas Gay Talese y Tom Wolfe; el escritor Oscar Wilde y Truman Capote. Por su parte, en Latinoamérica, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Ernesto Sábato y Salvador Novo son representantes básicos de la moda del escritor, quienes a través de la vestimenta, así como de las letras, reflejaron su personalidad.

Gay Talese

Julio Cortázar

Tom Wolfe

Truman Capote

Ernesto Sábato

Salvador Novo
A partir de esto, podemos decir, que el estilo de un escritor tiene polos opuestos: o muy sencillo o cuidadoso y ostentoso a lo Wilde, quien dijo que es el estilo y no la sinceridad lo que realmente importa. De esta manera, él vestía capas y abrigos forrados con piel de conejo, además de dotar a sus anillos de un significado oculto y que además, tenía un código cifrado para sus corbatines.
A grandes rasgos, para crear el look de un autor, se suele entender que debe ser bajo un estilo “alejado de la moda” y centrado en lo bohemio, exótico o vintage. Es así, que no se caracterizan precisamente por su capacidad para deslumbrar con lo que llevan puesto. Paul Auster, “el escritor del azar”, por ejemplo, se caracteriza por vestir la mayoría de las veces con suéteres, camisas o abrigos en tonos negros o grises.
Un factor imprescindible de lo que consideramos como “look de escritor” es la actitud, personalidad y la atmósfera que rodea su espacio (departamento, casa o incluso su estudio). La imagen del autor atormentado, paranoico en ocasiones, culto, inteligente, que gusta de fumar, tomar vino y vivir la vida de forma bohemia, es una de las más explotadas por la cultura pop. Esto los convierte en una especie de fetiche, cuyo atractivo intelectual reposa sobre su actitud y después sobre la ropa que usa, como una especie de “envoltura” que solo guarda la esencia.
Cualquiera que sea el caso, este estilo puede ser fácilmente replicable si se va acorde a una personalidad como la ya mencionada, de lo contrario, se vería evidente e incluso ridículo.
Referencias
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