La diversidad sexual en México sigue siendo un tema lleno de tabúes y prejuicios, por eso, para BADHOMBRE es muy importante dar difusión a proyectos que ayuden a visibilizar las distintas realidades de nuestro país. En ese sentido, es para nosotros un placer mostrarles e invitarlos a Orgullo Tapatío, que muestra el documental Puto Paraíso, dirigido por Alejandro Serratos; la muestra artística Paraíso, nuestra Guadalajara diversa y la exposición fotográfica Siete de Ricardo Ramos, la cual se imprimirá en nuestro Book 05.

Jay Espinosa, Octavio Aguilar, Alicia Delicia, Caroline Maldonado, Danny Torres a.k.a “Negraconda”, Andrés Matty y Efraín Villalobos son los protagonistas de seis historias de amor libre en una misma ciudad.

Jay Espinosa

BADHOMBRE (BH): ¿Qué significó para ti haber participado en Puto Paraíso?

Jay Espinosa: “La verdad es que no me esperaba algo tan bien desarrollo y tan bien hecho, pero para mí fue algo muy importante; significó demasiado el que hayan tomado mi historia.

Cuando fui a la primera entrevista no me imaginaba todo esto, mi familia nunca se había abierto de esta manera desde que inicié con Louis Vuitton, fue demasiado impactante el hecho de que todos se tuvieran que enterar de cómo vivía mi vida. Cuando Alex se acercó y conoció a mi mamá y a todos, significó bastante el que respondieran bien y el cómo reaccionaron, es un pequeño acercamiento a la familia que tengo, de ambos lados, de parte de mi familia como del documental. Es difícil de explicar, pero el punto es que se abrieron, dejaron que los miraran y al mismo tiempo, aunque no pensaran de la misma manera y aunque se resistieran un poco, cambió mi vida en cuestión familiar”.

BH: ¿Crees que la sociedad de Jalisco ha cambiado en temas de aceptación y diversidad desde que eras niña?

Jay Espinosa: “Bastante, porque desde que yo tengo memoria era algo muy tabú. Por ejemplo, en la escuela en la que yo estaba, la gente solamente asumía cosas y pensaba que yo era distinta, diferente en cuestión de personalidad, pero aun así no se hablaba del tema. Mi mamá creció muy alejada de todo esto y aunque desde hace mucho, la gente considera que Jalisco es el estado de los gays, en los últimos años hubo una apertura muy cañona, una armonía, porque tanto en la parte de la comunidad como de la otra, hubo crecimiento en la aceptación.

Yo me sentía mucho más atrapada cuando estaba en secundaria, por ejemplo. Era mentira tras mentira y me sentía desubicada en el mundo y aunque hubiera personas con las cuales conversar al respecto, era algo muy tachado. Y ahorita, por lo menos, al salir a las calles, verte distinta y estar con otra persona de tu mismo sexo, la gente ya se controla un poco más, ya hay más respeto”.

BH: ¿De qué forma el identificarte como lesbiana te ha ayudado a ser genuina y aceptarte como eres?

Jay Espinosa: “Cuando yo era muy pequeña, no tenía muy claro las cuestiones de estilo, yo me vestía como niño y decía que era niño, yo pensaba que quería ser niño realmente y para muchos sí es la historia, pero para mí no lo fue.

Ser lesbiana fue una reafirmación de quién soy y al mismo tiempo, me dio una estabilidad en mí misma, de qué me gusta a mí y qué quiero. Al mismo tiempo, me dio la oportunidad de aceptarme como mujer, porque era una pelea constante que yo tenía cuando era joven y ahora siento que puedo hacer las paces entre mi cuerpo y mi personalidad”.

BH: ¿Qué le hace falta a Jalisco para ser una sociedad realmente inclusiva?

Jay Espinosa: “Yo creería que es una cuestión de simplemente respeto y conciencia de que hay diversos tipos de mentes, diversos tipos de personalidades, así como de preferencias, y que no por una cosa, debamos asumir la otra. Al mismo tiempo, tenemos que aceptar la diversidad en cuanto a personas, tenemos que respetarla, pero también trabajar para hacer algo funcional.

Entonces, yo creo que falta mucho amor, mucha conciencia, abrir los ojos, porque hay muchas personas que no están siendo incluidas; decir que la comunidad está siendo incluida no significa que no haya muchísimas personas que lo están sufriendo, entonces nos tenemos que quedar pendientes de eso”.

BH: ¿De qué manera te gustaría que las personas que vean Puto Paraíso reaccionaran a esas historias?

Jay Espinosa: “Que sean honestos con ellos mismos, en cómo piensan, cómo sienten y cómo están manejando su vida, si se están manejando alrededor del amor o del ego y el narcisismo. Porque yo creo que eso es lo que hace falta, amor en las personas y en la vida de las personas, además de respeto.

Aunque no pensemos o vivamos de la misma manera, tenemos que respetar a las demás personas, ya que es una forma válida de vivir. Me gustaría que reaccionaran con reflexión, porque hay un gran mensaje detrás del documental. Es fácil sólo ver los colores, los personajes, la música y decir que esta cool o está chido porque es cierto, pero hay un gran mensaje ahí que debe ser captado por el espectador, uno no debe transmitirlo. Yo espero que lo vean con la mente abierta, el corazón abierto y también con mucha honestidad.

Octavio Aguilar

BH: ¿Cómo te sientes de haber participado en Puto Paraíso?

Octavio Aguilar: “Yo recibí la invitación de Alex Serrato hace casi dos años y me gustó la idea de participar en este proyecto, porque desde niño siempre quise aportar a mi comunidad, lo que ahora se le conoce la comunidad de la diversidad sexual.

Yo salí desde muy chamaco, desde los 13 y en los 90 no era fácil ser gay en Guadalajara, así que crecí con esa hambre de aportar y hacer algo por mi comunidad, porque veía las tantas carencias y necesidades; en su momento lo hice organizando grupos de jóvenes en Plaza Tapatía (donde yo crecí), después, en diversos ámbitos profesionalmente porque fui profesor de prepa.

Participar en Puto Paraíso terminó siendo un colofón de mi aportación a la comunidad y con mucho gusto lo hago. Me siento muy satisfecho de haber participado y solamente espero que esta satisfacción individual esté a la altura de aquella hambre que sentía de aportar a la comunidad de la diversidad sexual desde mi juventud”.

BH: ¿Crees que la sociedad de Jalisco ha cambiado en temas de aceptación y diversidad desde que tú tenías 13 años?

Jay Espinosa: “Claro que ha cambiado y me siento muy orgulloso de ser testigo de todos estos cambios muy positivos.

El pasado lunes yo caminaba por las calles del centro con un amigo y adelante de nosotros iba una parejita hermosa de dos chavitos jóvenes. Los dos suspiramos porque, en nuestros tiempos, más allá de que esa pareja hubiera pasado desapercibida, hubiera sido agredida, hasta la policía hubiera aparecido para llevárselos como nos ocurrió a muchos de nosotros que, por solamente abrazarnos o saludar de beso en Plaza Tapatía, nos hubieran llevado presos. Yo pisé la cárcel infinidad de veces por esa razón, por la represión que se dio en Guadalajara, sobre todo con gobiernos panistas. Así que sí veo un cambio radical en la sociedad tapatía y no sólo en el gobierno, ya que la sociedad se muestra más tolerante, más respetuosa; que está consciente de nuestra igualdad ciudadana, de nuestra igualdad de derechos; los reconoce y los respeta. Eso me interesa más que cualquier reforma política o mandato gubernamental, porque si el cambio no se gesta a nivel social y cultural, de nada sirve.

Lo interesante es ver cómo la sociedad tapatía fue pionera en estos cambios que después se transformaron en ley. A pesar de que aún falta mucho, pero considerando lo que la generación ochentera y noventera soñamos, podemos decir que hay cambios radicales y que podemos sentirnos cómodos pero definitivamente no satisfechos, aún hay muchas luchas”.

BH: ¿De qué manera tu devoción religiosa te ha ayudado a ser genuino y aceptarte como eres?

Jay Espinosa: “El fervor religioso es algo que está muy presente en muchas personas de la comunidad de diversidad sexual, pero muchas personas lo han reprimido por distintos pronunciamientos de clérigos que se atreven a hablar en el nombre de Dios.

En lo personal, mi fe me ha ayudado a no sentirme tan solo. Si hacemos historia, el salir al ambiente es todo un mundo de acontecimientos y muchas veces te hace sentir solo, sobre todo, porque en muchos casos, esta salida viene acompañada del rechazo de familiares y amigos. Se tienen que transformar muchas cosas y otras tienen que incluso desaparecer y la fe se convierte en un sustento muy grande para saber que no estás solo.

Conforme una persona de diversidad sexual va creciendo y experimentando los distintos desencuentros de la vida, también la fe acude como un pilar muy importante, al menos así fue para mí cuando experimenté el rechazo de mi familia, amigos profesores, etcétera. La fe fue un refugio muy valioso en esas tinieblas tan terribles. Hoy, como adulto, me ayuda a transmitir esa experiencia de fe a las personas que van peregrinando su vida sintiendo ese rechazo. Me gustaría enviar un mensaje de esperanza a las personas que viven en la sociedad del descarte y que aún no le encuentran un sentido a su vida. La fe me enseña que Cristo no te quita nada, no traiciona y sí te lo da todo”.

BH: ¿Qué le hace falta a Jalisco para ser una sociedad realmente inclusiva?

Jay Espinosa: “Es un tema amplio. Hablar de inclusión es considerar a las mujeres, a los discapacitados, a los pueblos originarios, grupos vulnerables, pero en lo que respecta a la diversidad sexual, creo que queda la responsabilidad de nuestra parte, porque siento que el resto de nuestra sociedad se ha visto muy abierta. Creo que en mucho, podríamos contribuir la comunidad de la diversidad sexual para que haya una mayor inclusión hacia nosotros y podamos romper con los tabúes mediante el diálogo, la visibilidad y la exposición, que demos a conocer que somos seres humanos como cualquiera, que no se vale idealizarnos ni satanizarnos”.

BH: ¿De qué manera te gustaría que las personas que vean Puto Paraíso, reaccionaran a esas historias?

Jay Espinosa: “Que aplaudan mucho *ríe*. Yo creo que en mi caso, quisiera que los jóvenes que vean esta aproximación a nuestra comunidad, se enteren de que hubo una lucha; que hubo un precedente y que hubo muerte, dolor y lágrimas antes de llegar a tener un Puto Paraíso. Que sepan que muchos de nosotros, viejos, somos afortunados de haber sobrevivido a una época donde al homosexual se le repudiaba y perseguía por el simple hecho de ser homosexual, se sigue dando, pero ha mejorado.

También, quisiera que nos quede claro que esta lucha no ha terminado y que los jóvenes no se deben de ‘dormir en sus laureles’. También que se considere el tema de la fe, que el sentido de la vida es estar atentos a las necesidades del otro. Quisiera que quienes vean el documental, vean la fe de un Dios amoroso y misericordioso, pero también fe en la humanidad que tiene mucho potencial de amor. Nosotros, como parte de la comunidad de diversidad sexual, podemos ser protagonistas de estos cambios mismos, pero también son cambios para el resto de la sociedad”.

Alicia Delicia

BH: Tu primer relación poliamorosa fue a los 16 años. ¿Qué hubiera cambiado en tu vida si una relación poliamorosa hubiera aparecido en el entretenimiento que consumes?

Alicia Delicia: “Me generaba mucha culpa, no por to tener múltiples vínculos, sino por no empatizar con esa vivencia; por no aspirar a la monogamia y me cuestionaba mucho si algo estaba mal conmigo. Por eso, encontrar esta representación fue un gran alivio, cuando empecé a conocer comunidades poliamorosas. Sé que fue completamente a través del privilegio, ya que todo fue en inglés y completamente a través de redes sociales. Entonces, si yo no hubiera tenido ese contexto que me permitiera conocerlo, hubiera asumido que estaba mal lo que estaba haciendo”.

BH: ¿Qué pasos nos faltan para llegar a normalizar el poliamor en una sociedad como la de Jalisco ?

Alicia Delicia: “Visibilidad. Estoy muy feliz de que se está logrando a través de distintas plataformas, pero aun así la visibilidad que se da, pareciera que es muy subversiva, como resistir simplemente existiendo y con el riesgo de ser agredide (en especial en espacios públicos). Creo que todavía falta que llegue a lo mainstream y que se generalice dentro de la cultura ‘mocha’ de Guadalajara. Siento que se vive en incongruencia en el sentido de que prevalece una idea muy violenta de lo que se intenta llamar incorrectamente la “familia natural”: esta idea de monogamia entre hombres y mujeres cis y procrear y, si te sales de esa norma, estás mal. Siento que se puede llegar a salir de eso, la cosa es que es una práctica muy ligada a la religión y la religión viene teniendo mucho peso. En el documental se ve cómo está presente para diferentes personas que salen en el espacio, hace falta demostrar que se puede vivir con un montón de amor sin que sea en un contexto en el que entre la religión, porque también se puede hablar de ética y moral perfectamente entre mi vida y mis acciones”.

BH: En Puto Paraíso tus parejas celebran lo genuina que eres, ¿cómo lograste ser así?

Alicia Delicia: “Traumas psicológicos. Crecí en un contexto en el cual viví distintas realidades, pero en especial, batallé mucho con mi salud mental y física. Tuve trastornos alimenticios y después descubrí que también tenía depresión. Todo eso me llevó a desarrollar tendencias suicidas y a ya no tener ganas de vivir, porque parecía que tenía que vivir una vida que no disfrutaba.

Para mí sí hubo un antes y después cuando decidí a los 21 años, estudiando psicología, darme de alta en una clínica de rehabilitación. Si le preguntas a cualquier persona que haya pasado por el proceso completo de rehabilitación, te dirá que toca decidir muchas cosas desde cero; eso me liberó muchísimo, porque hice un acuerdo interno en el que dije ‘si voy a vivir, va a a ser por gusto y por placer, y quien no quiera estar, que no esté’. Eso implicó limpiar todas las áreas posibles de mis círculos sociales, familia; cosas que consumía y espacios en los que estaba, y fue lo que me permitió salir con ganas de intentar, ya que peor no la podía pasar, eso me quedaba muy claro. Después, fue empezar a darme la oportunidad de pensar: ‘Si esto es cierto, entonces lo voy a decir y si esto me gusta lo voy a intentar’. Me gusta la congruencia entre la manera en la que me desenvuelvo y poder ayudar a otros.Y si algo tengo claro, es que me gustar ser la voz que me hubiera gustado tener en mi vida”.

Alicia Delicia quiso agregar lo siguiente:

Me es importante compartir que la razón por la cual no resido en Guadalajara es por violencia, más allá del posicionamiento que tengo como mujer bisexual. Sentí drásticamente el miedo de empezar a salir de mi casa y la situación ridícula en la cual se está viviendo y se está normalizando de manera aterradora.

Una de las razones por la cual ya no resido en Guadalajara fue porque, justamente, donde vivía, era una colonia muy cercana al tianguis del Sol y cada día era lo más común salir a ver posters de mujeres secuestradas; constantemente eran direcciones muy cercanas a mi casa.

También quiero señalar que esa violencia me atraviesa de diferentes maneras, pero debemos darnos cuenta de que la alerta de género no ha cambiado esa realidad. Residir en Bacalar no me libra de esto, incluso las amenazas que recibo, debido al activismo que realizo, ha sido muy diferente desde Guadalajara a Bacalar. El simple hecho de ser mujer habitando Guadalajara es un riesgo, reconozco el privilegio de poder desplazarme a otro espacio, pero siento que se tiene que nombrar”.

Caroline Maldonado

BH: ¿Cuáles metas crees que te faltan por cumplir?

Caroline Maldonado: “Uy, es complicado responder esto. El pensar en metas implica principio y fin. Por ahora, uno de los retos más complejos es crecer algunas redes para poder monetizar y tener una manera de sustento, ya que la industria de TI no contrata personas fuera de la cisnorma”.

BH: ¿Qué significa para ti participar en Puto Paraíso?

Caroline Maldonado: “Puto Paraíso es un espacio que nos abrió la puerta a compartir un mensaje fuerte y claro, a poner sobre la mesa temas que, si bien, cada día son menos tabú, muchas veces se evitan y se mantienen en ‘bajo perfil’ para evitar reconocer lo que es cotidiano en el día a día de la ciudad”.

BH: ¿Cuál crees que sea el principal reto en Guadalajara para seguir caminando en dirección a la inclusión?

Caroline Maldonado: “Para hablar de inclusión real veo dos necesidades urgentes. Por un lado, cuotas de inclusión laboral. Mientras personas de la diversidad no encuentren un espacio en el cual trabajar, se perderá fuerza laboral y se crearán ‘círculos rojos’ derivados de la falta de empleo.

Por otro lado, espacios en los que la voz de la diversidad sea escuchada y se haga valer para poder promover leyes y el cumplimiento de las mismas, para que dejen de existir personas con todos los derechos y personas con derechos incompletos”.

Danny Torres a.k.a “Negraconda”

BH: ¿Cuál fue la parte más feliz de tu proceso de transición?

Danny Torres: “Cuando me empecé a reconocer como lo que era; que tenía que dejar tabúes, estereotipos sociales y toda la estructura social que tenía desde mi nacimiento; deconstruirla para crear a esta magnífica mujer que soy hoy en día, que no sólo es Danny Torres, sino también ‘Negraconda’. Todo es parte de este proceso que me ha ayudado a descubrirme como artista, como persona y como ser humano”.

BH: ¿Cuál fue la parte más difícil?

Danny Torres: “Realmente no hay cosas difíciles; los obstáculos nos los ponemos nosotros, pero en ese sentido, lo difícil es aprender a amarte, a reconocerte, a aprender de ti, a aceptar tu cuerpo; llegar al punto en el que diga ‘ok, estoy cómoda con lo que soy y lo que hago’. Ahora, que el mundo vea esa comodidad es lo difícil”.

BH: ¿Quién es la persona más importante de tu vida?

Danny Torres: “Soy yo misma, posteriormente es ‘Negraconda’ y luego, ya todo lo demás. En un país que es el segundo lugar de transfeminicidios a nivel mundial, ¿cómo no ponerme como prioridad yo? Cuando toda una estructura social está en contra de mi identidad de género.

Sé que gozo de muchos privilegios y lo reconozco, por eso hoy en día estoy representando a muchas de mis hermanas en esta exposición, pero eso no quiere decir que allá afuera no nos estén matando y que no haya sido difícil mi trabajo para llegar aquí”.

BH: ¿Cómo te ves en el futuro?

Danny Torres: “Me veo más perra, sorprendente, curvilínea y elocuente. Pero, más allá, me veo ganando un Premio Nobel, ya que más allá de mi trabajo como artista, me gustaría poder desarrollar algún proyecto social o tener un poder social o científico que me permita llegar a un punto en el que pueda ganar un Premio Nobel para convertirme en la primer mujer trans en ganarlo; no sé qué voy a hacer para ganarlo, pero lo voy a ganar”.

BH: ¿Qué significa para ti participar en Puto Paraíso?

Danny Torres: “Es representar a una comunidad con la que, prácticamente, el país tiene una deuda histórica. Ser parte de la disidencia, ser una morra trans, morena, tatuada y de barrio, me da un chingo de felicidad porque, a final de cuentas, estamos rompiendo estos estereotipos hegemónicos de la blanquitud que te dicen que sólo ellos pueden participar en proyectos de esta magnitud.

No tengo nada en contra de la gente blanca, todos somos seres humanos y no escogemos nuestro color, así como yo no escogí el cuerpo en el que nací. Podemos seguir trabajando con eso, pero me gusta ser quien represente la imagen de diversidad tapatía y que en otras partes del mundo ejemplifiquen a partir de mí”.

BH: ¿Cuál es el principal reto que tiene Guadalajara para seguir avanzando hacia la inclusión?

Danny Torres: “Jalisco es un estado muy conservador, doble moral y católico; lo único que hace falta es educación, sensibilización y proyectos que ayuden a las personas a entender todas estas nuevas identidades, todas estas nuevas maneras de fluir.

También, las personas que forman parte de la comunidad LGBTTTIQ+ tenemos que entender que hay más diversidad a parte de la hegemonía que de repente se ve o se vive. Este tipo de proyectos muestran cómo te puedes acercar a otras realidades y de cierta manera, es parte de la sensibilización y educación que se está viviendo para poder llegar a un Guadalajara más utópico. Espero que en unos cuantos años podamos ir a las escuelas y ofrecerles un poco de educación respecto a identidad de género y vivencias trans”.

Andrés Matty y Efraín Villalobos

BH: ¿A qué edad y cómo empezaron a maquillarse?

Andrés y Eraín: “Desde niños niños empezamos a maquillar y peinar a nuestras mamás y hermanas, se nos hacía fácil tomar prestado su rubor y labial y eso nos hizo desarrollar técnicas. Ahora de grandes, comenzamos juntxs con la exploración del maquillaje cuando teníamos 24 y 27 años hasta la fecha”.

BH: ¿Cuáles eran sus referencias, si es que las tenían?

Andrés y Efraín: “Todo lo que presentaban los videos musicales pasados y del momento, Rupaul’s Drag Race y, ¿por que no?, el simple hecho de ver a una mujer maquillarse y querer hacerlo igual que ella”.

BH: ¿Cómo escalaron de esto a un performance?

Andrés: “En el momento que entendimos que era una manera de protestar y por lo que representa esto a nuestra comunidad; que hacer las cosas diferentes ante la sociedad marcaba un gran paso. También hace que el performance luzca más atractivo y con más alto impacto”.

BH: ¿Qué significa para ustedes participar en Puto Paraíso?

Andrés y Efraín: “Visibilizar la diversidad que existe en Guadalajara. Lo que realmente es real, dejando a un lado lo ‘normal’ o normativo. Ha sido algo importante saber que no estamos solos y que visibilizar a los nuestros nos genera vivir más seguros y libres”.

BH: ¿Cuál creen que sea el principal reto en Guadalajara para seguir caminando en dirección a la inclusión?

Andrés y Efraín: “El mayor reto será aprender a vivir con respeto y libertad, seguir cultivando nuestros valores éticos y abrir paso a lo que viene, a las nuevas generaciones, donde no importa quién eres, sino el respeto y la libertad que tienes. El futuro es queer”.


Si estás en Guadalajara, asiste al Ex-Convento del Carmen a presenciar esta exposición que sensibiliza y educa desde el arte sobre identidad sexual.

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