Simone Rocha Spring 2026: Perversidad naïve

No importa si suena trillado decir que la masculinidad se ha tornado romántica al presenciar la encantadora colección de Simone Rocha. La inocencia victoriana que caracteriza su trabajo, la delicadeza de las flores y ese sentido de fantasía naïve son pervertidos con desenfreno. 

Inspirada en el libro fotográfico Girl Pictures (2020) de Justine Kurland, y en el texto My Dress Rehearsal: or How Mrs. Clarke teach Me How to Sew de Maureen Freely; ambas obras dictaron una estética que distorsiona el idealismo de la época dorada del ama de casa. 

Subvirtiendo ese perfeccionismo conservador, las debutantes se paseaban en el gran salón del Mansion House, la residencia oficial del alcalde de Londres construida en 1739. Esa retórica no encajaba, pero el arrebato estilístico de Rocha resultó grandioso para un juventud subversiva: desde vestidos pannier intrincados en organza y georgette de satén, que brillaban con un tafetán festoneado sujeto con moños. Pese a que su aspecto lucía crudo y desorientado, la ostentación histórica era rigurosamente asimétrica.  

Una sensualidad radical articulaba el movimiento de las faldas de tul, atestadas con lentejuelas y estampados florales, pero también rebosaba un aire de exuberancia con bandeaus pomposos, la delicadeza de un blazer amarillo con hombreras mutton y abrigos de PVC lavables que protegían los frágiles drapeados. 

Esta fantasía hecha de edredón, con sus bolsos-almohada de bordes de encaje, se complementaba con una perspectiva masculina que relucía con los lirios prensados en abrigos de organza, shorts de lentejuelas, encogidas chaquetas militares, un traje negro particularmente hermoso por su aspecto vaporoso y camisa blanca con bordes loopy doodle que realzaban la inventiva dandie. 

Entre el caos, la visión lúdica de Rocha se mantiene resiliente, vulnerable y alentadora en un momento de incertidumbre global.