Yalitza Aparicio: bautismo por fuego

Yalitza Aparicio fotografiada por Jesús Soto. Texto: Alejandro Peregrina. Maquillaje: Emilio Becerril. Pelo: Octavio León. Estilismo: Nayeli de Alba.

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Saco: Sánchez-Kane, aretes: Mango

Hablemos de un bautismo con fuego: Yalitza Aparicio Martínez nunca aspiró a la fama, a una carrera actoral o a estar nominada al Óscar preparando discursos en el espejo. A estas alturas todos sabemos la historia de la joven de Tlaxiaco con dos trabajos que fue a un casting porque su hermana no podía por su embarazo y terminó como protagonista en la película mexicana más importante en muchos años. El momento no pudo ser mejor: Hollywood es de los pocos espacios que no le ha dado tregua a Donald Trump y su ridículo muro, y la visibilidad latina es el estandarte de ello. Yalitza Aparicio es la cara de millones de nosotros.

Yalitza está orgullosa de serlo: ama ser mixteca y oaxaqueña y mexicana; está consciente que su presencia mediática resuena para mucha gente como el sueño que ella nunca se atrevió a soñar pero que ahora habita en una vorágine de prensa y alfombras rojas y ofensas racistas en redes sociales. “Lo que aprendí de mí es que soy capaz de hacer cosas que jamás creí posibles”, me dice Yalitza en un punto de nuestra apresurada conversación mientras la maquillan y peinan y pienso en cuántas veces creemos que nos hemos empujado al límite de lo que creemos capaces sin realmente hacerlo. La circunstancia de Yalitza es la más extraordinaria y fascinante, desde el proceso de audición hasta la graduación de toda esta carrera: los Óscares. Una semana antes de las fotos Yalitza había recibido su nominación como Mejor Actriz dentro de un golpe de 10 nominaciones generales para la película y hablamos al respecto:

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Traje y camisa: Dolce & Gabbana. Arete: Georgina Treviño X Paloma Lira.

Alejandro Peregrina: Yalitza, escuché en una entrevista de radio que decías que no había representación indígena en el cine y quiero saber si eso influyó en tu decisión para decir que sí al proyecto.
Yalitza Aparicio: Lo que me hizo decir que sí fue que Alfonso ya me había contado sobre Libo y lo importante que era ella para él y como mi mamá también es trabajadora del hogar, yo solamente pensé “puedo, a través de la película, agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros y homenajearla para que igual se dé cuenta lo importante que es su trabajo”.

Yalitza acababa de graduarse como Licenciada en Educación Preescolar y, con respecto a la preparación del personaje, asumo que su trabajo como docente tendría mucho que ver con su rol de nana en una familia con cuatro niños -a la vez debutantes actores y su ejercicio como cuidadora y responsable de ellos. ¿El sentido de protección que el personaje de Yalitza transmite en la película -en especial en la escena cumbre de la playa- viene, en alguna medida de su profesión?

YA: Creo que mi educación de toda la vida es lo que más tiene que ver ahí. En el set sólo había un niño que cumplía con la edad de mi preparación académica, pero teníamos una relación fuera de cámaras de estar jugando y corriendo y creo que ese cariño que nos teníamos fuera del set es lo que llevábamos adentro de él también.

AP: Yo creo que una de las cualidades primordiales de una actuación es la inmediatez para transmitir sentimientos, que hace que el espectador pueda leerlos como algo genuino e inmergirse en la película a través de ellos. ¿Cómo preparabas las escenas, tomando en cuenta que el guión se les dosificaba cada día, por escena?


YA: Todas las indicaciones venían por parte de Alfonso y la ventaja es que todo se grabó de manera cronológica. En la escena del coche, cuando Cleo está por dar a luz, Alfonso me dijo ‘recuerda que se rompió la fuente y es algo que no debió haber pasado y tienes mucho dolor y estás parada en el tráfico, recuerda el dolor’; yo no tengo hijos, pero le preguntaba al crew o a chicas que ya tienen hijos y hasta a los hombres les preguntaba qué hace una mujer cuando va a dar a luz y cada uno me decía diferentes cosas que tomaba en cuenta para eso. También tomé en consideración que vi a mi hermana cuando se alivió, pero a diferencia de muchas mujeres, ella nunca gritó, pero creo que con cada mujer es diferente así que todas las ideas que me daban las iba juntando para hacerlo y transmitir lo que se necesitaba para todos los problemas de Cleo.

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Traje y camisa: Dolce & Gabbana. Botas: Outofcomfort. Arete: Georgina Treviño X Paloma Lira.

AP: El trabajo de investigación previo a la creación de un personaje es muy importante para la mayoría de los actores que he entrevistado, ¿cuánto tiempo de preparación hubo para crear a Cleo?
YA: No tuve tiempo, todo se hacía antes de empezar la toma. Ensayábamos las luces, o lo hacían con los stand-ins, pero ese era el único tiempo que teníamos para prepararnos. A quien se me cruzara le preguntaba cómo hacerlo. Los ensayos eran mi lapso de investigar, porque en cuanto Alfonso dijera que estaban listos, teníamos que hacerlo. Siendo mi primera producción, yo creía que todas las películas se hacían de esa manera, o era común. La primera semana de rodaje no me dejaban de temblar los pies en cada toma y cerraba los ojos y pensaba ‘tranquila, se va a ver en la cámara que estás temblando’ y trataba de concentrarme mucho en eso. También creo que Alfonso lo fue llevando de lo más sencillo a lo más complicado y eso me ayudó a adaptarme. Si me hubieran puesto a hacer primero, por ejemplo, la escena del parto, no la iba a hacer, ni siquiera iba a poder acostarme ahí con todo el equipo alrededor.

La adaptación, en una circunstancia como la de Yalitza, debutando en una megaproducción, es la clave para sobrellevar ese proceso de 100+ días de rodaje de lo desconocido dentro de lo de por sí desconocido para ella.
YA: …porque siempre fue un mundo nuevo para mí; no estoy acostumbrada a que me vistan, que me peinen o que me arreglen. En la grabación aprendí que si se me movía el pelo o se desacomodaba la falda, maquillaje y vestuario tenían que arreglarlo en función a la cámara y no hacerlo yo, porque en el cine hay un lenguaje en el que cada quién contribuye con su trabajo.

En otra entrevista, Yalitza menciona que realmente cree que Cleo es parte de la familia para la que trabaja -por las razones sentimentales que son inherentes a la convivencia- y le pregunto si encontró el mismo efecto dentro de la familia cinematográfica:
YA: Sí, desde un principio sentí mucho apoyo por parte de la producción. Conocí primero al equipo de casting, que tuvo que dejarme después con el equipo de producció y les preguntaba por qué ellos no se iban conmigo y me dejaban otra vez con personas que no conocía y me decían que era un proceso de diferentes partes donde ellos ya no tenían que ver. Cada equipo me apoyaba y explicaba cómo se tenía que hacer y me ayudaba a sentir confianza y, como te decía, adaptarme. En cada etapa no faltaba que me preguntaran si quería hacer las cosas o con qué me sentía cómoda. Yo creo que gran parte de adaptarme fue a través de los niños porque ellos tampoco son actores pero cuando nos sentábamos a jugar nos preguntábamos cómo habíamos hecho tal escena o cómo le hacíamos para no ver a la cámara mientras grabábamos. Marina fue un gran apoyo, cuando la conocí creí que tampoco era actriz, pero durante el proceso veía cómo ella tomaba un tiempo para concentrarse antes de grabar, pero en especial la tranquilidad con la que entraba al set; trataba de observar todo lo que ella hacía para entender cómo trabaja un actor, pero cuando yo me confiaba demasiado, sabía que ella encontraba la forma de retomar bien el camino de lo que ya habíamos hecho y de lo que ahora teníamos que hacer.

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Saco: Hugo Boss. Blusa y aretes: Barragán.

AP: ¿Y qué aprendiste de ti en este proceso?
YA: Aprendí, muy poco a poco a confiar en mí. Siempre fui muy insegura de lo que podía hacer; nunca fui capaz de pararme frente a una cámara con confianza o hablar con extraños. Cambiar de equipo en equipo me costaba mucho trabajo porque nunca, antes, me permitía salir de mi zona de confort. Al final de este proceso me doy cuenta que lo que aprendí de mí es que soy capaz de hacer cosas que jamás creí posibles y ahora cada vez que doy entrevistas o camino por una alfombra roja, me causa risa saber que alguna vez pensé que no me iría de mi casa o que no me iría lejos para trabajar, que no me gustaban las fotos y ahora que me toca hacerlo, sé que siempre puedes hacer un cambio.

AP: Te aventaron a los lobos.
YA: Prácticamente.

Terminado el proceso de grabación, la promoción de la película y las subsecuentes alfombras rojas fueron otro cambio con su propio proceso de adaptación. Hablando de estilo, Yalitza, styleada por Sophie López, generalmente es un home-run vestida en colores cálidos o estampados que nos recuerdan que es una chica de 25 años a la que muchas otras chicas admiran y en quien reflejan sus aspiraciones. ¿Cómo es representar eso a través de la moda en los escenarios más grandes del mundo?

YA: Un defecto que dicen que tengo, que para mí es una virtud es que no puedo no ser honesta. Yo de moda no tengo idea, tengo mi propio gusto que siempre han sido playeras, tenis y pantalones porque siempre quiero estar cómoda, aunque para otros es verme fodonga, pero ahorita es que he ido aprendiendo un poco y sé que quiero poco maquillaje y ropa no tan extravagante. En Los Ángeles tenemos a Sophie López que se acercó a nosotras durante este proceso; ella nos lleva mucha ropa y yo escojo lo que me gusta y ella determina para qué evento es. En México, en un inicio, tuvimos a Pablo Rivera, que sí me dejaba usar siempre tenis y cuando él decía que algo podía usarse con tenis, para mí estaba bien. Para los Óscares, lo último que le dije a Sophie fue que escogiera diseñadores que desde un principio nos hubieran dado la confianza de vestirme. Yo no sabía que el trabajo de un stylist era buscar la ropa y negociar los préstamos porque a veces los diseñadores no querían prestarnos y a ella le tocó estar puerta tras puerta buscando. Yo sé que muchas personas opinan qué debes usar o qué diseñador usar, pero a mí sí me gustaría regresar con los que nos apoyaron desde un principio.

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