Boss Spring 2026: Sastrería caotica

Cuidadosamente desarrollado, la paradoja del caos y la destrucción parecen no afectar la estética uniforme de Boss. Marco Falcioni decidió explorar la claridad del diseño alemán de los años 60 y la libertad expresiva de la danza y el arte contemporáneo.  

Decidido a construir un identidad basada en la originalidad y la espontaneidad, trasladó su curaduría a un espacio industrial donde la pieza “Aesthetics of Decay” de Boris Jacket fluía como una lámina de plástico opaco suspendida sobre la pasarela recubierta de silicona. Esas ondas que crujían como una suave brisa provocaban una euforia sosegada. 

Pese a que el eje central fue la maestría física y cinética de Pina Bausch y el preciso diseño industrial de Dieter Rams, la verdadera inspiración se centró en la sastrería. El traje se convirtió en el vehículo de una personificación estilística que diluía la libertad de movimiento: siluetas drapeadas mantenían equilibrio entre la sofisticación y control. 

Altamente purista y retraída, la propuesta se adaptó una silueta relajada que dio pasó a una confección basada en la experimentación, aunque siempre refinado, visible en chaquetas ligeras con solapas de pico y vestidos sheath asimétricos. Una ligera disonancia se notó al quitar la habitual rigidez de los trajes: las corbatas ya no estaban en su lugar tradicional, sino que se usaban como bufandas sujetas con clips; mientras, las camisas de rayas se desabotonaban y sus mangas se enrollaban.

El layering otoñal de su ropa de abrigo ofrecía una sensación de protección: impactantes trench coats de piel de cordero, remetidos con pantalones holgados de fajín y culottes. La dicotomía entre rigor y desenfado se tradujo en detalles inesperados y atractivas yuxtaposiciones que inyectaban un candor en medio de la sobriedad.