Es curioso cómo la intriga  nos sedujera a buscar encuestas sobre si el poliamor es nuestro destino. Amar ya es de por sí complicado y agobiante, así que no es sorprendente, que en repetidas ocasiones, sintamos ganas de experimentar otras formas de relacionarnos que nos exciten y reten. 

En pleno siglo XXI, no es de extrañar que ciertas preferencias se normalicen y se acepten con naturalidad. La monogamia ya no es el único camino. Si analizamos esta práctica, entendemos que “tener más de una relación de forma simultánea”, puede sonar arriesgado si no se tiene el consentimiento y la honestidad entre todos los involucrados. 

Pero … ¿soy poliamoroso?

Una relación abierta es complicada. No te imaginas que la felicidad del grupo puede fracturarse si dos se enamoran de uno. Claro, es normal sentirse intimidado ante un ¿fetiche? que podría resultar catastrófico si la sinceridad no se pone al frente. Aunque quizá tal tragedia hipotética no ocurra, no debería frenarte la idea de romper tu prisión. No es pecado sentir deseo por alguien más.

Lo importante es reflexionar qué te motiva. Cada persona debe ser consciente de estar de acuerdo con dar este paso. El “todos nos queremos” no significa aventura ni infidelidad. Y ojo: fantasear con alguien más no es traición–– a menos si es que está unido en una relación monogámica, ahí si duele.

¿El poliamor es para ti?
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El poliamor también puede abrir puertas para conocerte mejor: aprender,  compartir perspectivas, descubrir gustos e ideas que nunca habías explorado: quizás un plus, te ayudaría a desenvolverte. Probablemente, otros lectores continúen rechazando esta idea por envidia o celos, sin embargo, esta es una forma realista de enfrentarlos. 

La clave es simple: comunicación. Tal vez no te emocione lo normal, y es por eso que se acepta que una pareja pueda tener deseo por alguien más o que pueda cultivar amistades o vínculos románticos paralelos, siempre que todo se base en confianza y negociación mutua. 

Eso sí: una relación poliamorosa no te libra del conflicto ni de los malos entendidos. Tampoco es una alternativa que te libra del compromiso, la responsabilidad o el sacrificio. A diferencia de la monogamia tradicional que limita la compresión del amor en moldes rígidos, el poliamor busca que los problemas se gestionen con respeto.

Las relaciones exitosas nos obligan a pensar con mayor sensibilidad lo establecido. Reconfigurar tu corazón puede ser tan difícil como liberador, y a veces aumenta la pasión. Pero para eso, uno debe estar en sintonía contigo mismo y con los demás.

Cada uno elige cómo vivir. ¿No debería ser abundante el amor? Solo se consciente que los desafíos y oportunidades que se presenten, es una nueva manera de alcanzar tu propia versión de la felicidad.


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