El problema de exotizar los cuerpos
La diversidad ha sido un tema importante en la agenda de inclusión de los años recientes y no solo de preferencias sexuales o de género, sino también de étnicas y físicos. Estas inclusiones, por parte de los medios o producciones del entretenimiento, llegan a caer en la exotización de los cuerpos representados, dando una idea completamente equivocada de lo que significa ser latino o latina como miembro de una comunicad étnica originaria.
En el área de la moda, mirar hacia la belleza nacional, en lugar de la extranjera, se ha vuelto una práctica común, que con el enfoque incorrecto, puede acarrear una representación incorrecta relacionada con los elementos estéticos utilizados para lograrla.
Alexandra Pizzuto, periodista de moda francesa con base en Chile y fundadora de La monde podcast, señala que lejos de la exclusión de figuras latinas con rasgos no europeos, esta la de usar grupos urbanos para exotizarlos dentro de las revistas.
“En México, hay una corriente que está exotizando a la gente de Tepito, a el tipo de modelo de piel oscura, pero lo están fetichizando y eso tampoco es inclusión, porque si te ven como objeto sexual, te están negando como persona, como identidad; personas normales, de tallas normales siendo portadas de revistas y hablando de cosas que nos pasan a todos, eso sí es inclusión. […] inclusión es integrarlos a la realidad”, puntualizó en un artículo para Draw latín fashion.
¿A qué se refiere exactamente con esto? Para tener un mejor panorama, debemos regresar el tiempo hasta la época de la conquista, cuando los colonizadores extranjeros se referían a las tierras lejanas de américa como algo “exótico”, “salvaje” que debía ser civilizado.
Como consecuencia de los estereotipos, se contribuye a mantener el status quo de una sociedad, mediante la estigmatización de cuerpos. Los estereotipos son entonces, un mapa mental de las relaciones humanas que contribuyen a regular, tanto el nivel de visibilidad como el grado de legitimidad de los diferentes grupos de una sociedad.
Un ejemplo claro es como, tras el paso del tiempo y con la globalización del mercado turístico, se empezaron a construir imágenes colectivas sobre las playas y los beneficios naturales que ofrecen, contribuyendo así a la creación de estereotipos tanto del lugar como de la gente que habita ahí.
América Latina es uno de los destinos turísticos sexuales, donde se revela una forma peculiar de ver al cuerpo femenino como un fetiche exótico sobresexualizado y al cuerpo masculino como un objeto servil.
Muchos de los estereotipos existentes se reproducen dentro de las acciones cotidianas, algunos mediante actos performativos y repetitivos (que no es más que la forma de expresarnos, movernos y desde luego vestimos). Esta situación que describe la periodista Alexandra Pizzuto, está relacionada además, con romantizar la pobreza bajo una visión supuestamente artística, utilizando la realidad de las personas (costumbrismo) como solo un escenario que se observa y aprecia desde afuera, pero que no se vive.
De esta manera, el cuidado que se le debe dar a este tipo de producciones debe ser con respeto, entender que el entorno en el que radican no es solo un set de fotos y que no se debe caer en el fetiche de usar pieles obscuras para venderlas bajo el nombre de incluyente.






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