En el universo de la salud sexual masculina hay preguntas que parecen chiste, pero no lo son. Una de ellas: ¿El zinc hace que te corras más? Aunque suene como una ocurrencia sacada de TikTok, la verdad es que detrás de esta duda hay ciencia, cuerpos masculinos buscando respuestas… y sí, mucho esperma involucrado.
Primero, pongamos las cosas claras: el zinc no es una pastilla mágica, pero sí es uno de los minerales más importantes cuando se trata de fertilidad y rendimiento sexual. Su rol en el cuerpo masculino va mucho más allá de lo que imaginamos. De hecho, es fundamental para la producción de testosterona, el recuento y la calidad de los espermatozoides, así como para el volumen del líquido seminal. Así es: la próxima vez que escuches a alguien hablar del “suplemento del momento”, tal vez no esté tan perdido.
La explicación es simple, pero poderosa: el zinc se acumula en altas concentraciones en la próstata, una glándula directamente involucrada en la producción de esperma. Y lo que sucede ahí adentro afecta directamente cómo funciona (y cómo se siente) tu cuerpo durante la actividad sexual.
¿Y qué dice la ciencia? Que el zinc sí tiene un impacto real. Estudios han demostrado que mejora la estructura de los espermatozoides, su capacidad para moverse (motilidad), y su cantidad. Y cuando todo eso mejora, también lo hace el volumen de la eyaculación. Así que, si estás intentando concebir o simplemente buscas optimizar tu salud sexual, incluir zinc en tu rutina diaria puede ser una decisión inteligente y proactiva.
En un momento donde la masculinidad se está redefiniendo y hablar de salud sexual sin tabúes es cada vez más importante, no está de más tomar en serio lo que le das a tu cuerpo. La próxima vez que escuches la pregunta “¿el zinc hace que te corras más?”, ya sabes qué responder: sí, pero lo importante no es solo el resultado, sino entender por qué.
Porque a veces, la salud empieza en lo que decides meter… en tu dieta.
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