Más allá de la velocidad, un vistazo dentro de la Fórmula 1 en CDMX

La emoción y la adrenalina de la Fórmula 1 alcanzaron su punto máximo este fin de semana con el Gran Premio de México 2024 en el icónico Autódromo Hermanos Rodríguez. Miles de aficionados y turistas internacionales llenaron las gradas para vivir una jornada intensa, donde cada curva y cada aceleración pusieron a prueba la destreza de los pilotos y el ingenio de sus equipos. Con un ambiente festivo esta edición del Gran Premio se consolidó como un evento clave tanto en el calendario deportivo como en la vida de la capital mexicana.

Esta jornada alcanzó nuevos niveles de impacto económico, con una derrama de más de 19 mil 550 millones de pesos, según datos de la Sectur. Esto representa un impresionante incremento en comparación con el año anterior, lo que refleja que el Gran Premio es uno de los eventos deportivos más rentables y destacados.


Desde que México volvió al calendario de la F1, el Gran Premio en la capital se ha convertido en un referente de emoción y cultura. Miles de turistas de todas partes del mundo vienen a vivir la adrenalina de la Fórmula 1 en un escenario que, con cada edición, se destaca por su organización y ambiente, donde los aficionados pueden sentir el rugido de los motores en todo su esplendor.

 

El GPM no solo trajo velocidad y emoción, sino también una exhibición de estrategia y tecnología en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Desde los entrenamientos hasta la clasificación, cada equipo trabajó en encontrar el balance perfecto entre potencia y estabilidad en el circuito. Uno de los momentos más esperados fue la batalla en la clasificación, donde los pilotos se esforzaron al máximo para obtener las mejores posiciones en la parrilla de salida. Con un trazado técnico y las condiciones variables de la pista, la competencia fue feroz desde el primer día, y cada giro fue crucial para definir la ventaja que los pilotos llevarían a la carrera final.

Durante la jornada del domingo, la pista mexicana puso a prueba la resistencia de los autos y las habilidades de cada piloto. Los equipos ajustaron sus estrategias al máximo, calculando cada entrada a los pits y el cambio de neumáticos con precisión milimétrica, en busca de aprovechar cada oportunidad. La afición mexicana hizo lo propio sin dejar de mencionar el trago amargo por el caso de Checo Pérez, sin embargo pudimos ver una audiencia de altura. Al final, el Gran Premio no solo dejó una gran derrama económica para la ciudad, sino también un recuerdo inolvidable para todos los asistentes, que vivieron la Fórmula 1 en uno de sus circuitos más vibrantes.

 

Con el crecimiento constante en asistencia y atención durante la jornada, el Gran Premio de México sigue fortaleciendo su posición en el calendario de la Fórmula 1. Esto abre puertas para que en los próximos años el evento siga siendo una cita imperdible para los fanáticos de la velocidad.

 

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