El arnés de Timothée Chalamet nos dio la pauta para reconocer a los nuevos accesorios que están invadiendo al mercado de la moda de lujo. También, en el periodo de las premiaciones más importantes en la industria del cine, música y entretenimiento, pudimos apreciar los cambios en la indumentaria masculina: nuevos colores, intervenciones más arriesgadas en piezas tan clásicas como los trajes y elementos disruptivos en cuestión de elegancia tradicional. Pero este fenómeno no es nuevo: desde hace varias temporadas, el estilo post-soviética ha influenciado de manera descomunal a la moda, y más específico, al sector streetwear. Desde la llegada a la cúspide de Demna Gvasalia como creador de tendencias, los ojos del planeta se pusieron sobre él. Su firma Vetements resonó en la Semana de la Moda de París gracias a sus creaciones; de estética noventera, callejera y que representaba, de una manera satírica, la antítesis del lujo verdadero.
No sabemos quién, realmente, trajo de regreso los “chalecos de pescador”, pero, en tiempos modernos, el crédito nace en la cultura joven y en la Generación Z. Desde hace apenas algunas temporadas -quizás a partir del 2015- Instagram se ha encargado de desvelar nuevos estilos que se han creado entre los adolescentes. Etiquetas como “Aesthetic Grunge”, “Workwear”, “Classy Streetwear” se han hecho presentes en cantidades de fotografías que muestran un estilo peculiar, resultado de estéticas recogidas en urbes como Tokyo, Shanghái, Berlín y Moscú. Pero este cambio de reglas en el estilo masculino no solo fue obra de la cultura street, sino también de los diseñadores más influyentes.
El mercado de lujo ha explorado más allá de los límites establecidos. Las colaboraciones de las firmas más prestigiosas con marcas dedicadas a la ropa callejera o deportiva han comprobado hacia donde se mueve la industria. Piezas como la cangurera, el bucket hat, los arneses, las tarjeteros colgantes, y ahora los chalecos de pescador, ahora se presentan en una versión luxury. Pero, lejos de ser prendas funcionales y prácticas, en su primer momento de éxito eran creaciones exclusivamente para la calle (porque en los noventas, el “verdadero” lujo se movía en una dirección opuesta)
Lo cierto es que los jóvenes han abrazado con regocijo la nueva estética de la moda; modificando las normas y explayando las fronteras de la creatividad. La cultura urbana, en 2019, lleva los antiguos chalecos de pescador que usaron los más veteranos de la Generación X (nacidos entre 1965 a 1981) pero de una manera muy distinta a las excursiones y escapadas al río en fin de semana. Esta prenda se aleja de su concepción genuina, para volverse un elemente fuerte en los looks. La nueva versión adquiere una versión utilitaria y mucho más transgresora, fusionándose con guiños a los chalecos antibalas. No obstante, los chalecos de pescador, combinados con piezas streetwear (como pantalones cargo, sudaderas, jeans en corte carrot y ugly sneakers) se tornan mucho más dinámicos y fuertes. Dejando la mirada un tanto aburrida de su diseño, para volverse más rebelde de la actualidad.
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A esta ola de tendencias callejeras, vueltas lujo máximo, no todos son capaces (o atrevidos) de sumergirse. Pero esto no le importa a las marcas de moda rápida, quienes ya han presentado sus propias interpretaciones de los accesorios de hoy. Aunque si la presión del hype es más fuerte que tu estilo personal, puedes llevar la prenda de una manera sutil: llevando un chaleco como prenda superior en un total look negro.