Au revoir Kim Jones!
No hace ni menos de una semana que vimos su última presentación — una de las más comentadas, reverenciadas y elogiadas de la temporada — que finalizó un importante capítulo en la historia de la moda.
El británico que había ocupado el puesto de Director Creativo desde 2018, anunció que dejaba la marca este viernes. “Fue un verdadero honor haber podido crear mis colecciones dentro de la maison Dior, un símbolo de absoluta excelencia. Expreso mi profunda gratitud a mi estudio y a los talleres que me han acompañado en este maravilloso viaje”, dijo en un oportuno y grato comunicado de prensa.

Su partida es fatídicamente dolorosa. Desde su nombramiento, optó por emular una noble visión que transformará y acercará a la masculinidad con una inventiva que honrará los códigos de Monsieur Dior, al fusionar con sensibilidad, la audacia y opulencia de la alta costura. Fue capaz de alentar un estilo más andrógino, urbano, suave, pero primorosamente utilitario que rebosaba en los fugaces cambios que ha tenido la indumentaria varonil, en estos últimos años. Su mera adaptabilidad e interés por mejorar la vida contemporánea, al explorar nuevos modos de unir arquetipos de género en un festín lleno de osadía y elegancia, difuminado por la suavidad pastelera de sus relajados matices que arropaban a Robert Pattinson, Louis Garrel, David Beckham, Gwendoline Christie y Kate Moss.
Jones se ha caracterizado por diseñar escenarios virales, mediante colaboraciones entre el mundo del arte y el cine, plasmadas en sublimes presentaciones tan memorables como auténticas, que indirectamente, ponderaban el legado de la maison. Su debut fue adornado con una escultura floral de 10 metros de alto de Kaws hecha con 70.000 peonías y rosas. Este nato showman, fue capaz de organizar fabulosos e hipnóticos desfiles, que más bien, eran grandiosos y febriles espectáculos que las mismas recónditas Pirámides de Giza, llegaron a presenciar bajo su sombra y como telón de fondo. Asimismo, en la capital francesa ejecutó idílicas alucinaciones como la cinta transportadora de terminal de aeropuerto en 2019, una réplica de 80 metros de largo de la novela ‘On the Road’ de Jack Kerouac en 2022 que se extendía al infinito, una copia exacta del brillante prosaico monumento ‘Pont Alexandre III’ en 2023, hasta confabular una plataforma que hizo que sus modelos salieran hacia la superficie como superstars en gira mundial en 2024.
Apostó por una sinergia creativa. Jones, quién es un amante de la historia y un sediento coleccionista, alteró la línea temporal, al diseñar prendas y accesorios, al permitir soporte externo que potenciará su estatus e influencia. Mostró que asociarse sabiamente con el rapero Travis Scott, Hylton Nel, Kenny Scharf, Daniel Arsham, Shawn Stussy y muchos más virtuosos inventores y célebres estrellas — sería más interesante maquinar fantasías materiales con repercusiones económicas positivas, con una red de apoyo y colaboración mutua, en la que todos se volvían protagonistas y boyantes impulsores culturales. Literalmente, ‘el poder de la amistad’ sería un factor clave para su éxito profesional. Comunidad y fidelidad.
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Atrevidamente, rebautizó ‘Dior Homme’ como ‘Dior Men’, ofreciendo un toque global a su estadía con tal radical galope que inauguria el príncipe Nikolai de Dinamarca. Bajo su mandato, amplió el lenguaje y extravagancia de lo callejero con un savoir faire que todo hombre común pudiera entender, ejerciendo un romántico drama al recodificar la silueta viril del traje y la falda e introducir un encanto ligado a la meticulosidad estética de sus antecesores y afinidades personales como basar su inspiración en fotografías del bailarín Rudolf Nureyev (tomadas por su Colin Jones, su tío) y adular a las subculturas juveniles como el grupo bohemio Bloomsbury. Hermoseando con pugnacidad y feminidad sus colecciones, al grado de culminar su era con un trabajo que plasmó su fervor, curiosidad y amorío por el archivo de Christian Dior, al reinventar el delicado bordado que envolvía a la colección de Haute Couture ‘H-Line’ de 1954 con “una estética contemporánea que sea atenta, emotiva y fluida con el pasado”, así describí su última obra, antes de partir a un horizonte desconocido.
Además, de ser condecorado por el Imperio Británico en 2020 por la mismísima Reina Isabel II. Su voraz deseo por aprender, esa adorable curiosidad lo interpuso en la mirada del aglomerado LVMH, cuando en 2011 fue nombrado director de la línea masculina de Louis Vuitton, ejerciendo una supremacía y trayectoria, que ascendió a Fendi, cuyo periodo de cuatro años fue sensacional, aunque vivamente criticado con obstinación. Sin embargo, fue galardonado con la más alta distinción de Francia, el Chevalier de la Légion d’Honneur entregado por Anna Wintour en Le Laurent de París. Dando entender que fue el culminante broche de oro a su trabajo en Dior.
“Estoy profundamente agradecida por el extraordinario trabajo realizado por Kim Jones, su estudio y sus talleres. Con todo su talento y creatividad, ha reinterpretado constantemente el legado de la casa con una auténtica libertad de tono y colaboraciones artísticas sorprendentes y muy deseables”, afirmó Delphine Arnault, presidenta y directora general de Dior, en un comunicado que puntualizaba el cese.
Queda por ver qué le depara el futuro a Jones, ahora siendo libre. Muchos rumores apuntan que se dirigirá a Burberry, incrementado el ánimo, pero tal especulación es hueca.
Este Miguel Ángel, fue de los pocos que transformó con gracia al Homo Sapiens capitalista, en un empedernido, bondadoso y dócil poeta.
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