La Dolce Vita Reinventada: Dolce & Gabbana celebra el Lujo y la Obsesión Mediática
Cuando vimos a más de una decena de encantadores fotógrafos con elegantes y refinados esmoquines negros , ansiosos e impacientes por la acción, no imaginamos que sería un frenesí total está energizante y seductora colección, irónicamente llamada ‘Paparazzi’.



No, es un tributo a la canción icónica de Lady Gaga, más bien, es una orquestada visibilidad a aquella extremista fascinación por las celebridades y cómo el mundo del lujo ha reaccionado antes estos intrusivos e hiperactivos seres. Es lógico que nos sintamos atraídos ante el magnetismo glamuroso que poseen, más en una era, donde internet, los acoge con recogido. Asimismo, ellos se lucen con los hermosos y fantásticos diseños que bocetan las magistrales visiones artísticas de Stefano Gabbana y Domenico Dolce.



El porqué se inspiraron en usar este término, es debido a su centelleante etimología. Esta palabra fue acuñada por Federico Fellini en el rodaje de ‘La Dolce Vita’ en 1960. Nombrando así a los especializados en detectar y filmar a personajes famosos en todo momento. Hoy en día, es una profesión que dominamos con nuestros celulares. En el desfile notabas una deleitable locura que cegaba a Lucien Laviscount, Rocco Ritchie, James McAvoy, Jung Hae-in, Levi Dylan y Alberto Guerra.



Tanto flash no impidió ver las jugosas, suaves y cohesivas prendas. Se materializó la idea de rastrear con atención una relajada formalidad tan candorosa y apuesta. Su consumada gama manifestó una separación que demuestra la desfachatez habitual del viejo mundo: jeans con un tiro aguado, embozados con voluminosos y livianos abrigos de piel sintética, elevando su llamativo contraste hacia una refinado lado rapero y utilitario con sus pantalones flare cargo o rígidos de tweed, altamente confeccionados y filosas como sus boinas de bambino hipster.



Este deliberado, oscuro estilismo gangster se volvía más perturbador e interesante con su pulcra objetividad, que resplandecía los nuevos cambios en la vestimenta masculina que deslumbran en la temporada de premios. La drapeada sastrería es relajada, erótica y puramente vintage, con sus blazers double-breasted con una dramática silueta de arena exquisita y solapas extremadamente anchas, que eran hermoseadas con fulgor con aquellos prendidos broches de diamantes y bufandas que iluminaba una brillante atemporalidad de película, reconocible ante el sonido del clic.



Resto de los looks:
















































Post a comment