Destino: una palabra que ahuyenta un mundo de posibilidades. Desde nuestra infancia, la presión de ser alguien conforme lo indica el estatus quo nos somete a no pensar en que podría pasar. Tememos cometer errores en el camino y eso limita a nuestro futuro pudiendo ser más brillante.
El dar el primer paso no es sencillo, pero siempre ha dado frutos y Erick Elias, unos de los actores más reconocidos en el país, es el vivo ejemplo de ello. El típico cliche de seguir lo que dicta tu corazón, no debe ser enjuiciado por su sentimentalismo, las merecidas pruebas del actor, constatan un duradero logro, en una colectividad instruida a atacar la sincera contrariedad de hacer lo que realmente quieres.
“Me acuerdo mucho cuando tenía que tomar la decisión, acabando la preparatoria sobre qué seria mi destino y qué quería hacer. La presión de mi familia, la presión de la vida, de cómo voy a sostenerme, de qué voy a vivir y cómo voy a ganar dinero”, nos cuenta Elias. Con esto en la mente y con la presión a su alrededor la única respuesta con sentido era seguir el camino marcado el diseño industrial, aunque su verdadera hábitat era la actuación.
“Tomé cursos de orientación vocacional y veía por dónde me llevaban, sin embargo poco a poco se fue avivando en mi la certeza sobre la actuación. No creo que los caminos se vayan abriendo, me fui por la cuenta”.
Adaptarse a una incertidumbre, no impidió su entrada al mundo de la actuación, reflejaba en su mente, determinando algo serio en su vida y que posteriormente, fomentó a combatir las iniciales dificultades que permean en el séptimo arte: “Fue defender mucho en mi casa eso e irme equivocando y tocando puertas e ir dejando a un lado poco a poco lo que era el diseño y clavándome un poco más en cursos de actuación, en escuelas de actuación. Creo que es lo que más me aplaudo a mí mismo, que me pude arriesgar a hacer lo que me apasionaba. No me dejé caer, realmente, pues hasta ahora sigo en esa inestabilidad constante, pero es lo que más me apasiona en mi vida”.
En 2003, materializó sus primeros proyectos en televisión y también, sus primeras preocupaciones sobre la vigencia de su carrera, aunado a la rendición de cuentas que le brindaría su trabajo, le hizo entender que su decisión si bien incluye incertidumbre también va aparejado de una dicha indescriptible “Mis inquietudes eran formar una familia y vivir de esto, el poder ganar dinero y poder mantenerme yo solo de mi trabajo como actor. Y más que nada, cuando trabajaba, cuando estaba en el set, a lo mejor al principio era la emoción de estar en un proyecto de televisión o de cine, estar en un set de grabación y crear personajes – ahí es lo que más me hizo darme cuenta de que esto es lo que yo quería para el resto de mi vida”.
Su carismática personalidad, es mantenida ante su relajada firmeza, la cual ha ido desarrollando en cada proyecto, con ello la sabiduría se ha abierto puertas mostrando las limitantes que podrían sobresalir en el mundo que eligió, sin embargo el no creaste a posibilidades ha sido una respuesta común “Nuestra personalidad, nuestro físico, nuestra edad, pues nos va limitando en unas cosas y abriendo puertas en otras, no. Como actor podemos cerrarnos puertas de un lado y abrirnos otras, entonces pues nada yo creo que yo me he relajado muchísimo. He estado del lado del productor y de contratar gente y ver el carisma que tiene alguien y eso creo que no es como de estudiarlo ni nada, creo que eso se nace con esas personalidad y creo que es lo que yo me he aprendido a relajar y a aceptarme como soy y no querer ser alguien más que no soy”.
La plasticidad en Erick Elias, lo ha conducido a no aferrarse a un solo lugar, más bien, explorar opciones que satisfagan su curiosidad y el efecto que puede tolerar las personas que estabilizan sus creencias, orientado su adaptación a nuevos retos. “Pues ha sido difícil conmigo mismo aceptar esto, ¿no? El realmente tener la decisión interna de arriesgarme a ver qué pasa sabiendo que puede ser que no pase. Entonces eso también como papá se lo he tratado de transmitir a mis hijas en el día a día, en sus clases o en sus fracasos que tenga cada una en sus proyectos de ballet o de la escuela o lo que sea de saber que no es una decisión tomada y que podemos explorar diferentes caminos. Yo creo que eso es lo interesante de la vida, el que si a los 18 años decidiste ser dentista y a los 40 te arrepentiste y quieres ser poeta, no está mal. Yo soy de la idea de que hay que aventurarnos siendo realistas, obviamente, y teniendo la visión del panorama completo de qué nos conviene y qué nos hace felices”.
El tiempo posterga retroceder a la nostalgia. Elias en su etapa de navegar en los temerarios 40, lo ha llevado a tomar decisiones que no involucren el pasado. Esta supuesta inestabilidad que es evitada en muchos aspectos, no significa lamentarse en lo que aún no has conseguido, es una parte mental que necesita revitalizar y comprender que nosotros imponemos absurdos mandatos que regulan los comportamientos y actitudes de quienes atraviesan ese punto de la vida “Cuando cumplí 40, dije ya a la chingada, no pasa nada. Me voy a aventurar a hacer todo lo que pensé tantas veces. Lo más complicado de esto fue pensar en qué es lo que tengo, qué es lo que soy, qué es lo que me falta por lograr. Y creo que creí en ese momento que lo que ya no había logrado este profesionalmente, económicamente, pues ya está más complicado después de los 40. Estoy experimentando más cosas de mi vida, ya me quiero tatuar muchas cosas, ya estoy así como más relajado”
El aceptar y fluir, el reconocer lo que hiciste y saber que puedes volver a comenzar permitió a Erick Elías a continuar cosechando éxitos ahora podremos ver al actor este 21 de agosto en Accidente, una producción original de la plataforma digital, Netflix compartiendo créditos con Sebastián Martínez, Alberto Guerra, Eréndira Ibarra, Regina Blandón y Luis Ernesto Franco. “Yo soy mucho de leer y de irme a entender los guiones, y cuando leí este guión, pues es un tema muy duro de momentos de cómo un accidente te cambia la vida para siempre, ¿no? Yo como papá no me puedo imaginar en una fiesta infantil de la nada cómo cuatro familias les cambia la vida en un segundo por una situación que hay que ver quién la provocó. Es una historia difícil pero muy interesante que me emociona que vean”.
Además de esto Erick nos reveló un proyecto nuevo que involucra su pasión por el diseño y la posibilidad de trabajar de la mano con su hermano y su pareja Karla Guindi, una línea de lentes solares, tomando una vez más al mundo de posibilidades cómo inspiración.
Erick Elías nos muestra que el no limitarte puede llevarte a construir tu propio camino, en donde las posibilidades son infinitas, la plasticidad en él ha permitido demostrarse que es capaz de hacer todo lo que se ha propuesto y a reafirmar que su decisión de juventud fue la correcta“… agradecerme, aplaudirme y felicitarme por haberme arriesgado que era un camino que no conocía, que nadie en mi familia o de mis amigos me había contado de cómo era. Creo que ese arriesgarse y aventarse a hacer cosas de tu pasión, del corazón que realmente me moví en ese momento y pues nada, creo que es difícil tomar esas decisiones, pero creo que eso es lo que ha hecho que mi vida se vuelva mucho más interesante y más emocionante”.
En esta historia Erick Elías
Foto: Misael Albarracín
Estilismo: Rebeca Mora
Grooming: Jessica Díaz
Realización: Juan Pablo Jim / Ivan Estuardo
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