¿Realmente la naturaleza tiene el poder de desconectarnos de la falsedad artificial que nos tortura o meramente es una falacia reflexiva? Zegna en su labor de reflejar una mayor sensibilidad humana ante la corrosiva decadencia que padecemos, ha lanzado su campaña otoño-invierno 2024, en un oscilante, introspectivo paisaje que huye de la angustia.
Esta supuesta indómita sofisticación, protagonizada por Wu Lei y Mads Mikkleson, embajadores de la marca, plasman la tonalidad amarillenta y marrón de los transformativos paisajes de los Alpes italianos. La estética marcada por la objetividad pacífica de Alessandro Sartori, evidencia una apaciguada refinación que delata una innovación textil en prendas rígidamente confeccionadas. Una calidez contemporánea abraza una relación armoniosa entre lo natural y lo procreado, minuciosamente por el detalle.
Tal acercamiento y comparativa con los elementos naturales que regalan los ecosistemas del planeta tierra, es certero con los avances tecnológicos de sus piezas llenas de confort y protección, emparejadas a una liviandad artesanal. Su chaqueta ‘II Conte’ remarca un noble homenaje al fundador, al enseñarnos palpablemente la historia de Zegna con la realeza italiana. La prenda, consterna elegancia y funcionalidad atemporal, con un trasfondo monárquico, al rediseñarse con el cachemira Oasi – entregando a sus futuros compradores un legado discretamente afable.
El zapato ‘Triple Stitch Monte’ pisotea la amargura en contraste con las agradables matices verdes, grises y cafés que irradian de manera sosegada en los uniformales looks.
La colección es una lección que emana una consideración espiritual en tiempos lúgubres. Esa chaqueta, es un escape inusualmente satisfaciente.
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