Como gran fan del soccer (dijo ningún escritor de moda, nunca), me he encontrado a mí mismo siguiendo a varios personajes del deporte más popular del mundo a través de los años, pero ninguno dura mucho tiempo en mi lista de seguidos. Héctor Bellerín es el único que se ha quedado por dos razones:

  1. Eye candy.
  2. Tiene el estilo más cool que le he visto a un jugador de futbol y es una gran fuente de inspiración estilística.

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Es muy importante reconocer que, para mucha gente, el estilo y el interés por la moda están peleados con el macho y la hombría pero Héctor es un punto de inflexión entre esas dos nociones con mucha facilidad y bastante eclecticismo.

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Los gustos de Bellerín, al parecer, no tienen límites y pueden pasar desde un increíble abrigo bordado de Dries van Noten para una premier, a un suéter de Raf Simons y unos pantalones de Haider Ackermann para una salida nocturna.

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Bellerín gana alrededor de £100,000 por semana, lo cuál le permite comprar lo que sea en el mundo para vestirse (nunca se revelan precios de piezas de Alta Costura, pero rondan esa cifra por pieza así que todo es posible de comprar en el menswear con ese dinero) pero la lección no va por ahí. La lección es más sobre la permisión que tiene un hombre al vestirse, disfrutar y conocer de ello. Chumel Torres me dijo durante nuestra entrevista que plataformas como esta (de nada) le han ayudado a apreciar la ropa y la moda de una manera diferente, sin distancias ni prejuicios, lo cuál es importante para la evolución sartorial de una persona.

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Héctor Bellerín es un gran ejemplo del estilo y su interés trasciende las compras: también se le ha visto rondando la #LFW en busca de nuevos talentos por apoyar y lo documenta todo en su feed de Instagram, donde pueden seguirlo y tomar unas notas de su simple y exquisito estilo.