Todos están buscando un modo de expresar su angustia y disgusto por lo que sucede tanto en la política como en la inestabilidad egocentrista que permea en la moda. Thom Browne, aquel pájaro que aletea libremente en el horizonte, ha demostrado aquella inconformidad mezquina con una presentación esperanzadora como el vuelo de aquellos majestuosos seres que dominan los cielos, al llamar con su prosaico canto, a dos mil pájaros de origami, que observaban con detención una grisada, expresiva colección.



Este monumental trabajo no fue una fanfarronería abstracta, más bien, fue una obra que precisaba una enfoque más realista mediante una narrativa teatral que se acercará más con la indumentaria tradicional, aunado a su enfoque poco convencional, mediante la colorida distorsión de clásicos. Una estética capaz de ofrecer surrealismo a un guardarropa oficinero.



Con un desquiciado, puntiagudo delineado y aparatosas pestañas que imitan el plumaje de estas criaturas, agregando su voluminosa y pectoral exagerada silueta que fielmente manifestaba en sus encorvados y relajados abrigos oversize, con hombros esculturales, pero armonizaban con la meticulosidad confeccionada de sus faldas largas de pliegues de colegio y sus habituales trajes encogidos.



Decenas de pájaros adornaban el fervoroso estampado Príncipe de Gales y el robusto y vivido tweed otoñal que denotaba un sello distintivo de Browne, al estilizarlos en piezas individualistas y extrañamente funcionales. La sastrería creaba un aura de proporción y escala que era todo un dote artístico al ofrecer intricante voluminosidad y nuevas formas de arriesgarse con el layering extendido a looks cómodos, atrevidamente callejeros con mucho flow preppy.



Estos andantes collages difuminados por el exceso y la perfección de la naturaleza, esos detalles que admiramos en la cotidianidad que se bordaban en la delicadeza robusta de sus bordados florales y cristales que perdidamente, hacían que la ropa cobrará vida con sus bloques de colores y su desafiante aspecto que es tan ponible. Tal caos de papel , lleno de humor y esperanza, estos pajaritos Thom, son un símbolo de optimismo y fé en medio del caos.



Resto de los looks:
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