Dejando a un lado la euforia que han causado los flare jeans de Kendrick Lamar en el Super Bowl, fue inevitable no apreciar los gigantes bolsos de lujo que portaban despreocupadamente los jugadores en su llegada al Caesars Superdome. Aquellas estrellas que opacaban su llegada con sus increíbles y extravagantes trajes rectilíneos, eran acentuados briosamente por estos infalibles y colosales accesorios de mano.
Es increíble cómo la masculinidad se ha ido quitando ese temor de usar bolsos de manera audaz y encantadora. Claro, siempre los hemos llevado, pero la diferencia es que han dejado el pragmatismo sobrio de los maletines de godín o las backpack de estudiante universitario, por la vivídez colorida y animada, que se ofrece al portar un bolso Margaux de The Row o un Speedy Monogram fosforescente de Louis Vuitton.


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A medida que los hombres continúan experimentando y rompiendo arcaicos esquemas de género, implementando cambios radicales en su estilo personal, repercuten fervientemente por alcanzar un lado más expresivo y florido en ellos. Precursores como Jacob Elordi, Harry Styles y A$AP Rocky, han llevado modelos llamativos, lindos y decididamente femeninos. Otro factor es que al ver cierto accesorio en un ser que representa un impetuoso gusto heterosexual — fútbol americano — sustancialmente es elogiado y aceptado con mayor rigor, a diferencia que lo ande una estrella pop. Es deplorable tal hipócrita repentino interés, aunque es bueno que la virilidad sea más empática con el resto, agregando que su estilo mejora y luzca más apuesto y digno con un bolso Andiamo rosa de Bottega Veneta. Al fin de cuentas, son útiles para acarrear sus laptops e interminables papeleos por revisar o ignorar.

Esta entrañable voluntad es un reflejo positivo de nuestros tiempos. Comprendernos, que no es cuestión de despilfarro y vanidad invertir en bolsos ultrachic y refinados, más bien, es una libertina demostración de autocariño y diversión. Sea lo que sea, amamos que derrochen con creatividad e ingenio, canalizando sus gustos y espíritu, sin importar el precio. Un bolso te empodera, no subestima al macho cabrío que tanto fanfarronean. Irónicamente diría que nos vistamos con una mente de tiburón, más no actuar como tal …

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