Rentar o comprar ropa. La visión de una nueva forma de consumo

“Mejor réntalo, no lo compres” es parte de la estrategia sustentable de economía circular que promueven algunas marcas de lujo, como Burberry, la más grande de Reino Unido, en colaboración con My Wardrobe HQ, la plataforma de alquiler de moda líder en Inglaterra.

“Nuestra asociación con My Wardrobe HQ es complementaria a nuestra estrategia más amplia para convertirlos en positivos para el clima para 2040, apoyando los principios de una economía circular para el lujo”, dice Pam Batty, vicepresidenta de responsabilidad corporativa de Burberry.

 

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Actualmente, conseguir la icónica gabardina de Burberry con cuadros vintage de algodón puede costar más de mil 600 euros. Con esta modalidad de renta, los clientes pueden alquilarla por 170 euros a la semana o comprarlo de segunda mano por 750 euros, esto gracias a la nueva asociación de Burberry con My Wardrobe HQ. Por ahora, esto es posible solo en el Reino Unido.

Durante el 2020, el 16% de los clientes del lujo han alquilado solo un artículo de alta gama, según el informe True-Luxury Global Consumer Insight 2020, publicado en agosto por la consultora Boston Consulting Group y la asociación italiana de marcas de lujo Altagamma. Este estudio reveló que el 45% de esos consumidores está interesado ​​en el alquiler, con expectativas a que la tendencia irá al alza durante los siguientes años.

Esto es resultado de que en las generaciones más jóvenes no existe un grado de resistencia al comprar en segunda mano. Es por esto, que si con esta nueva modalidad se aprovecha de mejor forma la durabilidad de la prenda, se tendría que considerar entonces que la oferta para hombres en otros países como México es bastante limitada, fuera de la renta de esmoquins y trajes para ocasiones festivas.

 

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El año pasado, The New York Times realizó una investigación para su artículo llamado Real men don’t rent, donde preguntó a una docena de hombres su postura respecto al alquiler de ropa. Algunas palabras que se repitieron fueron que individualidad, propiedad y longevidad. Tal parece que los hombres (adultos), no están abiertos ante la idea de compartir su ropa caso contrario al de las mujeres.

Así, por ahora, esta nueva forma de obtener prendas abarca mayoritariamente al mercado femenino en plataformas como Rent the Runway (que nació en 2009) y Nuuly.

Sin lugar a dudas, existen varias posturas ante esta nueva forma de consumo, pero el hecho de poseer algo que no tendrá otro propietario, le da a relevancia a las prendas, pues existen casos en que se invierte tanto dinero en la ropa, que en vez de perder su valor, lo ganan. Por otra parte, invertir en prendas clásicas de calidad, perpetúa su durabilidad y por ende, disminuye el gasto en prendas.

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