Desde el siglo XVIII el vestir del hombre ha sido comunicar el status y la posición en la sociedad, aunque en aquel entonces con un tono más a detalle, elaborado y en ocasiones con más decoración que el vestir de la mujer.
Hoy en día también se cuenta el quién fuiste y quién quieres ser, tanto por medio de las marcas, como por el estilo y acabado de tus accesorios. Podrías traer un traje a la medida color azul marino mientras caminas por la calle pero lo que hará que la gente pueda llegar a leer un poco más sobre ti, será probablemente ese portafolio Tumi, que como dice un amigo financiero aquí Nueva York; “Mi portafolio hace que la gente distinga que pertenezco a mi tribu financiera y que me va bien”, ya que la marca es utilizada en su mayoría por quienes se dedican a esta profesión en esta ciudad.
Foto: Tumi
Es así como el accesorio en este caso el portafolio, puede crear un sentimiento de pertenencia, lo cual según la pirámide de La teoría de la motivación del ser humano de Maslow, psicólogo de Brooklyn, Nueva York durante los años 30’s y 50’s. El sentido de pertenecer a un grupo, la aceptación, el amor y el afecto es esencial para la realización y satisfacción del ser humano.
Foto: Tom Ford
La calidad en los acabados en un mochila o un portafolio como son; el material, los herrajes, las puntadas de costura y la manufactura, cuenta una historia relacionada con el mundo al que se corresponde. Puede ser una mochila Tom Ford o un portafolio con una silueta con un toque vintage de Léo et Violette con calidad impecable, que podría crear una visible seguridad a quien lo porta.
Foto: Léo et Violette
También existen accesorios que pueden ser aspiracionales, al ser simbólicos del estilo de vida al que se quiere pertenecer, creando un cierta motivación para poder lograrlo, siendo al mismo tiempo una burla fina que proyecta los planes a futuro de una necesidad social.