Entre las silenciosas y frescas paredes de yeso que sostienen el monumental Palazzo Belgioioso, la contemporaneidad exquisita que irradia el rozagante minimalismo que acentúa ‘The Row’, su puritano barniz colorea su primera colección de artículos para el hogar.
Los huecos, apacibles y rígidos percheros esculturales diseñados por Julian Schnabke que ostentan tal finura, adornan su típica sobriedad al colgar etéreas mantas tejidas. Su hermosura radica en su cachemira proveniente de la India. Este flexible y delicado perfeccionismo se expande a sus cálidas telas.

No sé, pero envolverme con alguna, me haría sentir como Elizabeth Bennet recorriendo los páramos nublados al amanecer e inesperadamente voltear y admirar el resplandor de Mr.Darcy llegando hacía mi … qué hermoso sería experimentar tal melosa fantasía literaria hecha realidad.
Jugando con luz, sombra y el vacío, esa interacción natural centellea una alcoba que hospedaba una cama de tatami y un par de sillas de hierro forjadas por Maison Baguès. Su blando y acolchado edredón gris de cachemira adornado por un rectilíneo estampado de cuadros, era divinamente hipnótico, profundo y cucu de tocar.

Esta propuesta que se ha ido moldeando por varios años, finalmente es materializada con rigor, disciplina y vehemencia artística. Su impecabilidad permanece y ofrece un completo estilo de vida que aumenta la fidelidad de su despreocupada y acaudalada clientela.
Pese a su básica sencillez de marfil y visón, este hito será un buen pretexto y oportunidad para redecorar y acurrucarse con su exorbitante y omnipresente confort.
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