El romántico frenesí de Alessandro Michele en Valentino ha escalado a un nuevo tipo de glamour poético, capaz de brillar incluso en medio de la oscuridad. El manifiesto que redactó para el desfile tomaba como punto de partida una carta escrita en 1941 por el cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, cuando aún era estudiante, sobre las luciérnagas: “destellos tan esquivos que sobrevivían a la oscuridad del fascismo gobernante”.
Este punto de inflexión emocional se convirtió en una réplica que nos dice que la belleza está desapareciendo, asimismo, como un contraataque a la negatividad que ha recibido el diseñador por quedarse estancado en lo mismo. Sin embargo, en un momento así, lo radical puede ser precisamente aquello que nos guíe a la luz.



La etapa crisálida de Valentino tuvo lugar en el Instituto del Mundo Árabe de París, bajo la atmósfera envolvente de una instalación de luz espiritual creada por Nonotak Studioa.
Y vaya que captó llamó nuestra atención.
En esta ocasión, Michele se centró en una apreciación hacia la ornamentación y elegancia vintage, pero simplificada a una visión sensible alejada del barroquismo habitual que lo caracteriza.



El postmodernismo retro se vislumbró en la sobriedad de vestidos fruncidos con estampados florales, blusas con lazos en el cuello y pantalones de tiro bajo. Aunque realmente los colores–––azul pavo real, verde chartreuse, rosa chicle, esmeralda, amarillo mostaza, lima–––se canalizó en un alegre y vivaz estilismo.
El juego de proporciones se centraba también en relucir sacos de doble botonadura con un aspecto militar, marcados por una silueta reloj de arena que se diluía en pantalones flare, convivían con blusas de mangas infladas y faldas tubo. Las lentejuelas, el terciopelo y el satén, avivaban la noche con los vestidos finales impregnados de brillo, mismo candor que congregaba a los modelos al centro, contemplando un espectáculo de luces diseñado para evocar el latido de luciérnagas sincronizadas.



Ciertamente, lo que hizo Michele fue invitarnos a soñar por un futuro que nos revitalizará nuestra humanidad.
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