Recientemente se celebró el Balón de Oro, el premio que reconoce lo mejor del fútbol mundial. Este galardón, que enaltece el desempeño individual de los jugadores más grandiosos en la cancha, reconoció la virtuosidad deportiva de Ousmane Dembélé.
Con 35 goles y 16 asistencias, el delantero del París Saint Germain demostró un excepcional trabajo que le concedió la oportunidad de brillar entre los nominados. Pero más allá de su brutal talento, el ambidiestro francés sabe cómo romper la línea entre la moda y el deporte.

Bajo cientos de reflectores y una caótica prensa abarrotando el Théâtre du Châtelet, no solo el balón de oro acaparó miradas: también lo hizo su look de ganador. Simple, pero refinado, Dembélé lució un esmoquin hecho a la medida, firmado por Zegna.
Decidido por alejarse un poco de la formalidad absoluta, optó por un saco negro de seda y lana con solapa tipo shawl collar y detalles en satén, pantalones de pierna ancha, acompañado de una camisa de seda marfil de cuello alto. Un balance perfecto que refleja audacia deportiva y elegancia contemporánea.

“Para un momento tan especial como el Balón de Oro, elegí un traje que cuenta una historia: la de un esfuerzo colectivo, precisión y pasión por lo que se hace con cuidado”, compartió Ousmane Dembélé. Y añadió: “Si pudiera hablar con el joven Ousmane, le diría que los sueños no tienen límites y que nada es imposible. El trabajo duro, el respeto a los demás y el respeto al juego: esa es la clave.”
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