Nuestros hijos son y seguramente serán parte muy importante de nuestras vidas, y desde luego así debe ser, son en buena medida nuestra responsabilidad; sin embargo no son nuestros, no nos pertenecen y por ello es indispensable que comprendamos que no podemos determinar en sus vidas. Si vale la expresión en toda su intensidad y fuerza, queda prohibido controlarles, determinar de manera impositiva o prohibir en todo momento y mucho menos golpearles; como también está prohibido darles todo, aunque creemos y casi es cierto, que se lo merecen todo. La educación de un hijo implica equilibrio.

Traer hijos a este mundo es uno de los “asuntos” o temas más trascendentes de los que elegimos o no vivir. Tener un hijo debiera implicar madurez, inteligencia emocional, claridad de lo que se desea, estabilidad emocional y económica y un proyecto de vida preferentemente entre dos.

Una vez que un hijo llega a nuestra vida no es posible devolverlo, no hay manera de regresarle como si fuese un error en nuestro pedido de entrega a domicilio atribuible al tamaño, sabor, color, sexo, peso, medidas o si llora o come mucho. No señoras y señores, traer un hijo al mundo es algo serio, por ello debemos pensárnoslo muy bien, para poder tomar la decisión correcta y continuar tomándola mediante una educación continua, responsable y permanente, ya que no se titula uno como padre solo por procrear. 

Ser Padre o Madre en toda la extensión de la palabra implica alimentarle, vestirle, bañarle, cuidarle, acompañarle, proporcionarle educación de calidad (y no me refiero a escuelas caras, si no a límites y amor en casa), permitirle que elija, que se equivoque, que decida por sí mismo, de acuerdo a su edad, a su circunstancia y su madurez, con una limitante básica: Queda prohibido hacer cualquier cosa que le ponga en riesgo o le haga daño a el o ella o a cualquier otra persona.

Así, ellas y ellos como nosotros, enfrentarán la vida, su vida y como no es posible estar en todo momento con ellos, es indispensable que les demos información y acompañamiento suficiente para que puedan tomar decisiones sin estar nosotros con ellos, lo que nuevamente aclaro, no es dejarlos a la deriva, si no brindarles herramientas físicas, emocionales e intelectuales que les permitan tomar decisiones aún sin nosotros.

Uno de los ámbitos más importantes en la vida de cualquier ser humano y de la comunicación entre padres e hijos es el de la sexualidad y por ello es indispensable que también tú te prepares, te informes y te eduques en este maravilloso mundo de la sexualidad.

Hablemos de algunas reglas básicas para comunicarnos con nuestros hijos sobre sexualidad.

No supongas, asume tu papel

Los chicos y chicas actualmente tienen tanta información que quizás sobrepasa la tuya, no podemos hacer como que no saben, que son inocentes o ignorantes, seguramente se han allegado de una cantidad de información descomunal y muchas ocasiones desproporcionada para su edad y preparación emocional e intelectual (mucha información no significa información adecuada ni de calidad), por eso es indispensable que primero escuchemos lo que piensan, lo que saben y lo que sienten. La Escucha Activa es un elemento fundamental de toda comunicación y no lo es menos de la comunicación sobre sexualidad con nuestros hijos.

Una vez que hemos escuchado, entonces podremos preparar una respuesta acorde a su edad, a su cuestionamiento particular y al enfoque que quieren darle a su duda o planteamiento. Esto lleva tiempo, por ello es importante empezar a temprana edad creando relaciones cercanas, respetuosas y sin prejuicios. No te asustes, no reacciones ni exageres ante conductas o preguntas, infórmate y prepárate para saber qué podrías esperar en cada etapa de desarrollo de tu hijx.

La comunicación debe ser constante y permanente

No se trata de tener LA PLATICA con tus hijos, debes estar constantemente hablando del tema con ellos, de manera coloquial y natural, por que cada momento suele ser diferente al inmediato anterior respecto a su crecimiento, desarrollo, inquietudes, dudas o temores. La prohibición y evasión para hablar de estos u otros temas, solo hará que busquen en otro sitio generando con mucha probabilidad, más dudas, más miedos y más ideas equivocadas, es preferible que hablen contigo que con sus amigos, que casi siempre son tan ignorantes como ellos en el tema. 

Habla en castellano

No por pena, malas costumbres, prejuicios, miedos o vergüenza utilices un lenguaje que no sea el correcto, no necesitas disfrazar con palabras lo que tiene un nombre y hace referencia clara a órganos sexuales, parte del cuerpo, conductas, reacciones corporales ni sensaciones o emociones. Es innecesario hablar de la abejita y el panal, de pajaritos o colitas, o de frutas, usa el lenguaje adecuado que siempre tendrá una connotación puntual aún cuando tu mism@ no estés acostumbrado a ello. Si no sabes bien como, pide ayuda en centros especializados, a profesionales o en el propio colegio. Es mejor un lenguaje claro que una información velada y confusa que solo deje más dudas.

Brinda información adecuada

La información que debes proporcionar ya sea que te la pidan o la des por que corresponda, es la que conforme a la edad es la que puede recibir tu hijx, no puedes dar la misma información a un niño de 7 que a uno de 14, desde luego depende de su madurez, conocimiento previo y forma en que te has comunicado y lo que les han compartido en el colegio.

Concrétate a la pregunta

No es necesario explayarse y dar información que no piden o no necesitan, y es que en ocasiones no entendemos o asumimos que la pregunta tiene determinado alcance y no es así, en este tema de la sexualidad como en cualquier otro, procura responder con una pregunta que refuerce la pregunta de tu hijx, como por ejemplo: ¿Qué quieres saber exactamente de …? ¿A que te refieres con …? 

TEXTO 3

Ilustración: Paola Torres

La sexualidad es mucho más que algo físico

Primero que nada debemos tener claro que la sexualidad no solo refiere al cuerpo, a los órganos sexuales o las relaciones sexuales. La sexualidad es un mundo que podemos dividir en 4 elementos que son:

  • Identidad Sexual. Que refiere a tres ámbitos:
    • El Sexo que corresponde meramente a una dimensión biológica de hombre o mujer.
    • El Género que corresponde una dimensión social, es decir a los comportamientos que se consideran propios de cada sexo, que como hemos visto han cambiado radicalmente y deben seguir cambiando con las nuevas feminidades y las nuevas masculinidades, y
    • La Orientación Sexual que atiende a la propia preferencia sexual de cada individuo como ser heterosexual, homosexual, bisexual, asexual, etc.
  • Reproductividad. Entendida como la posibilidad de tener hijos o no, pero nunca como una obligación.
  • Erotismo. Corresponde a los deseos, la imaginación y la libido.
  • Vinculación Afectiva. Que corresponde a todos los cariños, la forma en que concebimos nuestras relaciones en general, con padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo y familia, sin importar nuestro sexo.

Recuerda entonces que es imprescindible que nos preparemos para ser padres y madres, y debemos informarnos, pero sobretodo conocernos para poder brindar información clara, veraz y oportuna.

Una sexualidad responsable, informada, libre y amorosa, hará en buena medida seres plenos y felices.

Horacio Guzmán Magaña es logoterapeuta y terapeuta integral por cuenta propia, conductor de televisión digital y capacitador y tallerista autorizado por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Actualmente brinda acompañamiento personal y grupal en su consulta privada en Acacias.

PUBLICAR COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.