Quizá todavía no te repones del torbellino de términos estéticos y microcategorías que nos dejó 2024. Y es que, aceptémoslo: en internet ya no basta con que alguien sea atractivo o talentoso, ahora tiene que pertenecer a una narrativa. Ya sea que lo comparen con una criatura del bosque, un tipo de pan o un emoji muy específico, el internet tiene esta necesidad casi visceral de clasificar todo… especialmente a sus crushes colectivos.
Desde hace un par de años, la figura del galán de cine tradicional se ha ido transformando en algo más líquido, más volátil y definitivamente más caótico: el llamado novio del internet. Estos no necesariamente son los más musculosos ni los más convencionales, pero sí los que capturan la atención colectiva por una mezcla irresistible de carisma, rareza encantadora, miradas tristes y fotos candid con suéteres grandes. Y claro, su estatus suele definirse evento tras evento: premieres, alfombras rojas, entrevistas virales, y por supuesto, la MET Gala.

La obsesión colectiva hacia estas figuras no es solo física; hay un componente emocional y profundamente simbólico que hace que queramos apropiarnos de ellos. Por eso no es raro que en redes sociales los usuarios comiencen a relacionarlos con elementos de la cultura pop o de la vida cotidiana. En 2023, por ejemplo, la internet se rindió ante los llamados rat boyfriends, una categoría que agrupaba a actores como Timothée Chalamet, Barry Keoghan, Jeremy Allen White y Adam Driver. Todos ellos compartían una estética entre traviesa y melancólica, con gestos que nos recordaban –con cariño– a pequeños roedores de ojos expresivos y actitud huidiza. Y sí, eso es un halago… al menos en TikTok.
Pero cuando pensábamos que no podía haber nada más específico, llegó el otoño de 2024 con una nueva oleada: los hippo boyfriends. ¿Los requisitos? Un rostro amigable, mejillas prominentes, ojos tiernos y una vibra de ‘te haría el desayuno y te daría la clave del WiFi sin preguntar’. De pronto, las redes sociales estaban llenas de edits de actores que cumplían con esa tierna descripción y, como era de esperarse, se convirtieron en los nuevos favoritos del algoritmo.
Entonces, inevitablemente, nos preguntamos: ¿qué viene ahora? ¿Cuál será la nueva obsesión visual, emocional o zoológica del internet? La generación Z se reinventa con cada scroll, cada meme y cada nuevo set de fotos filtradas de algún famoso en su día libre. Y lo más emocionante (o perturbador) es que no tenemos ni idea de hacia dónde va todo esto.
¿Tendremos slug boyfriends? ¿Chicos que parezcan ositos de goma? ¿Galancitos con energía de nubes de lluvia? El cielo (y Twitter/X) es el límite.
Lo único seguro es que mientras existan eventos como la MET Gala, los festivales de cine y las entrevistas random que terminan haciéndose virales por una sola frase mal pronunciada, internet seguirá dándonos nuevas categorías para enamorarnos colectivamente, reírnos en masa y redefinir, una y otra vez, lo que significa ser el crush del momento.
Así que ponte atento, porque quizás el próximo novio de internet ya está entre nosotros… y tú todavía ni lo sabes.
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