Dicen que los seres humanos evolucionamos por ciclos y que, cada siete años, algo en nosotros cambia, se transforma, se acomoda. En el caso de Cecilia Suárez, este nuevo ciclo viene cargado de calma, claridad y una conexión cada vez más profunda con lo que hace y por qué lo hace.

A siete años de haber protagonizado una de las portadas más recordadas de BadHombre, la actriz regresa no solo con nuevos proyectos, sino con una mirada renovada sobre su oficio, la vida y el valor de lo intangible.
Atrás quedaron los días en que el ritmo vertiginoso o las expectativas externas marcaban el pulso. Hoy, se mueve desde un lugar más sereno: hacer lo que ama, por el simple y poderoso acto de amar hacerlo. Empatiza con cada personaje que interpreta. En su más reciente papel en “Serpientes & Escaleras”, encarna a una prefecta aparentemente insignificante dentro de una prestigiosa escuela, envuelta en una insólita disputa entre dos estudiantes de ocho años. Cecilia se entrega a ellos con la misma sensibilidad con la que los comprende… y con la misma generosidad con la que los deja ir y cuando el telón cae, se apagan las cámaras o se publica la escena final, llega la paz.

En esta conversación con Juan Pablo, Cecilia no solo hace un repaso de estos últimos siete años, también reflexiona sobre la madurez, los aprendizajes, los temblores ,tanto los literales como los simbólicos y esa permanente búsqueda de sentido que vuelve su carrera una de las más sólidas y queridas del panorama actoral.


Juan Pablo: Sabías que al llegar el mes de septiembre, se cumplirían siete años desde la última vez que saliste en una portada de BadHombre
Cecilia Suarez: ¿Siete años?
JP: ¡Fuiste de las primeras portadas que la gente se acuerda!
CS: ¿En serio? Bueno, nos quedó muy bonita en lo que sea de cada quién.
JP: Hermosa y vaya, ¡no has envejecido!
CS: ¡La portada no ha envejecido, pero nosotros sí! Ya podemos sacar cuentas aparte.
JP: ¿Qué es lo que ha cambiado más de ti en estos siete años?
CS: Antes me salía la rayita del ojo, me la podía hacer y ahora no (risas). Eso y entre otras cosas. ¿Qué más? … Estoy mejor internamente. Creo que la madurez es interesante, buena y pacificadora — es bueno llegar ahí.
JP: ¿Es bueno llegar a la madurez?
CS: ¡Claro! ¡Cruce el umbral de los 50!
JP: ¿En los últimos siete años?
CS: Si.
JP: ¡Felicidades! Recuerdo que fue en 2017 cuando te fotografiamos y acababa de temblar.
CS: ¡No digas eso! Estamos en el centro, en un edificio de 500 años (risas). El 2017 me cambió. Eso es verdad. Fue muy impresionante vivir eso. Me dolió lo que le paso a la ciudad, pero también me enorgullece muchísimo sacar la casta en un momento así. Me asuste e incluso considere dejar la ciudad, seriamente. Aunque me di cuenta que en tres meses, la tragedia fue olvidada. Nunca superare cuando estábamos filmando en la Roma…
JP: ¿El bar mitzva, no?
CS: Si. Nuestro adorado fotógrafo había puesto una malla y no podíamos salir del recinto y eso me marcó. Me esguince, porque me caí de las escaleras y nadie se detuvo. La gente estaba en tal histeria, que a duras penas alguien me gritó: ¿estás bien? Me tardé en entender que me había caído. Fue super extraño y a partir de ahí, en cada filmación yo me fijo en donde están las salidas de emergencia.
JP: Siento que se nos tiene que olvidar un poco las cosas. Después de la pandemia, yo aprendí a no saludar a todo el mundo con un beso o abrazarlos, pero también se esfuma de nuestra mente tal idea.
CS: Pero también es cultural. A nosotros jamás se nos olvida por fortuna; ni besarnos, abrazarnos ni ser cariñosos con nosotros. Ya en cuestión de medidas de protección civil, no nos debemos de olvidar. ¡Nos toca ser responsables!


JP: Entonces … ¿Eres una persona distinta de los últimos siete años?
CS: ¡No tanto!
JP: ¿Y una actriz distinta?
CS: Puede ser… una va cambiando conforme vas experimentado la vida y eso va modificando como observas, sientes, piensas… quién eres e involuntariamente, se refleja en tu trabajo.
JP: Y con algunos de los dos, ¿con cuál te identificas más? ¿Es más fácil o difícil?
CS: Son literalmente opuestos y vienen de mundos completamente diferentes. Son igual de divertidas, al menos, lo han sido para mí. Yo fui profundamente feliz haciendo a Dora (la prefecta). Ella me cae muy bien.
JP: ¿Todos tus personajes te caen muy bien?
CS: Si, ya que tu trabajo es empatizar con ellas y partir de eso, quererlas. Claro, hay algunas más simpáticas que otras o más ocurrentes o libres que te avientan con mucha más naturalidad a esa libertad de experimentar.
JP: ¿Hay posibilidad de que este personaje se convierta como Paulina de la Casa de las flores — un icono y referente de la cultura pop mexicana? Yo creo que sí, te convertiste en un meme, por excelencia.
CS: Fue muy inesperado. Estaría loca si pensara en cosas así frente a nuevos personajes. Si ha habido una labor muy consciente con la generosidad que me otorgo, pero debemos soltarla. Nos había pasado con la “Bambi” [de la serie Capadocia], no con esa fuerza que tuvo Paulina de la Mora, pero acorde a su momento, algo parecido. Es importante saber la naturaleza de la impermanencia. Nosotros entramos a los personajes, asimismo, salir y dejarlos. Es muy sano hacerlo.
JP: Entonces, ¿no entras a actuar pensando en el éxito?
CS: Nosotros deseamos que les vaya bien. Tu quieres que mucha gente lo vea y que conecte con lo que ofrece la historia. No piensas que será un éxito o fracaso, porque si lo abordas desde ahí, te vuelves loco. Al menos yo, es desde la necesidad de contarlo, teniendo en claro el porqué para mí es importante hablar de eso.
JP: ¿No crees que eso es parte de la madurez de un actor? Puesto que cuando eres más joven, el ego está más involucrado y quieres más fama … vaya, iniciando una carrera.
CS: Conforme vas madurando, entendemos el valor de los momentos, que se nutren mucho de la satisfacción del trabajo que son tuyos, meramente. Es importante eso, puesto que la vida tiene muchas formas, colores y tonalidades; como para que solo se quede en el trabajo.


JP: Y ¿Serpientes y escaleras en un one-shot? ¿Existe o solo está acotado? ¿Hay la posibilidad de que continúe?
CS: Es una serie, tiene esa naturaleza donde puede haber o no más temporadas. Depende cómo sea recibida.
JP: ¿Te gustaría que continuara?
CS: ¡Me la pasé genial! Es un personaje que tiene un punto salvaje y algo que la retrae: su curiosidad. Me gustaba como mira el mundo, como lo recibe y enuncia.
JP: Se ve que te gusta mucho la promoción… que te pinten…
CS: ¡No! (Risas)! ¡Me gusta que me peinen!
JP: ¿Pero te gusta estar involucrada en el proceso creativo?
CS: Me encanta, más con el equipo que tenemos: Juan, Manu, los super BlancoPops, Lorenzo; y ahora es más increíble ver como fluye el trabajo, como nos divertimos y ser como un instrumento para ellos.

JP: Y después de esto, ¿tienes algo que te emocione?
CS: ¡Irme a la playa! Me encanta. Casi siempre voy ahí, incluso si me preguntaras mi vacación ideal, diría la playa. No entiendo a los que se van a esquiar (risas).
JP: ¿Y de trabajo?
CS: Viene una promoción que arrancó hace poco. Salió el teaser de una serie que se estrenará en España, que se llama “El jardinero”.
JP: Vi fotos que abrazabas a un jovencito.
CS: ¡Mi hijo Álvaro Rico! Ha sido una delicia encontrarnos en lo laboral, porque de verdad, nos convertimos en familia. Los directores con los que trabajamos fueron maravillosos y nuestro productor, Jose Manuel Lorenzo, es lo máximo. Fue un trabajo muy rico en ese sentido. Y viene teatro en el segundo semestre del año.


JP: Curiosamente, en el teatro fue la primera vez que te conocí. En el vestíbulo estabas llorando y me dijiste: “¡Mira! El estilista de mi papá. Gracias por acompañarnos”. No sé porque imaginaste eso.
CS: ¡Siempre tan discreto! Sencillo como “Cencilla Suárez”, así me puso Miguel Rodarte.
JP: Te di el pésame.
CS: Recuerdas que nosotras debíamos dar el pésame, “en modo dolientes”.
JP: Y hace siete años hicimos la portada de BadHombre contigo, que se volvió un fenómeno.
CS: ¿Siempre le cambiarán el nombre?
JP: ¡A la BadHombra, en tu honor!
En esta historia: Cecilia Suarez fotografiada por Rafa Salas, Estilismo: Blanco Pop, Maquillaje: Juan Peralta, Pelo: Manuel Oliva, Realización Juan Pablo Jim.
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