Nunca he entendido a ciertos hombres que proclaman que la lectura contrarresta su masculinidad. Típicamente, estos sujetos nos recomiendan obras de gurús especializados en autoayuda y finanzas, ya sabes, banalidades que conjuran los desquiciados ‘mentes de tiburón’. Sin embargo, verlos cargar un libro o meramente, observarlos en el acto, te prende y obsesiona. 

Admirando como los internet boyfriends se deslindan de ciertos estereotipos machistas, presentándose con aptitudes más suaves y dulces, su innato encanto va más allá de lo físico. Claro, los relacionas rápidamente hacia una perspectiva twink o afeminada, pero eso es un frívolo señalamiento que opaca sus gustos y pasiones, que derriten el corazón.

Un ser culto es irresistible, más si lee ficción, es sexy. Mientras que nuestro alrededor es más indiferente que el prójimo, sumergirnos en la literatura, nos ayuda a imaginarnos aquel protagonista, del cual llegamos a conectar y deseamos que existiría en la realidad. Estos ‘book boyfriends’ son plenamente irresistibles (¿qué hay Señor Darcy y Edward Cullen?). Gentil, amoroso, sensible … excita la idea de que tengan inteligencia emocional. Llega a ser más romántico que dar un oso gigante de rosas casi marchitas por su egocentrismo. 


Video relacionado

¿Cómo comenzar tu colección de arte contemporáneo?


Leer es algo que beneficia la mente al interactuar más allá de su existencia: comprender y analizar sus sentimientos e ideas. Te atrae su curiosidad por entender su alrededor. Claro, hay unos que son falsos e hipócritas, que con tal de congeniar, se hacen pasar por aficionados a Patti Smith, Sally Rooney o Isabel Allende. Ese modo de ligar es tan demodé et vulgar. Mejor se directo y no finjas. Tinder o Bumble, alivian tu pereza intelectual. 

Aunque tampoco los lectores deben caer en pretensiones ni fanfarronerías. No seas de esos tipos que el algoritmo de Instagram y Pinterest te lanza, citando frases sin sentido o pensando que estar concentrado, te hace lucir hot. Aunque, en internet existen cuentas dedicadas a exponer este lado.

Lamentablemente, distinguir su honestidad es fatigante, ya que los verdaderos lectores son escasos. Pese a los múltiples beneficios que otorga aventurarse más allá de la página uno, es un arraigado problema cultural que los hombres no lean o mínimo, exploren una librería de su barrio.  

PUBLICAR COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.