Con la creciente tendencia del Y2K, las inspiraciones están en todos lados, así que, para aumentar el hype y con una visión diferente a lo común, decidimos traerte algo de inspiración y conocimiento a la vez. Se trata de Miguel Adrover, el mejor diseñador de los 2000 que no conocías.
Su nombre completo es Miguel Adrover Barceló, nacido en Calonge, Baleares en 1965. Se encuentra entre los diseñadores considerados como “realistas” de la moda. A lo largo de su trayectoria, Adrover se ha consagrado como un creativo de vanguardia en Estados Unidos y Europa, sus prendas recicladas y sus mensajes, captan la atención de la prensa especializada. Según la periodista de El País, Eugenia de la Torriente, Adrover se encontraba en 2008, entre los diseñadores de moda contemporáneos con más talento del mundo.
Adrover junto con Marc Jacobs, pueden ser considerados como pioneros en el uso de la “segunda mano” en la moda, cuestionando de esta manera, la autenticidad de la “creación”, a través de su trabajo sobre un tejido o prenda terminada para diferenciarse de las producciones en serie y la industrialización de la moda.
En su sello personal de diseño, se incluyen elementos como la simplicidad, la sastrería, la artesanía, la atemporalidad y los lenguajes multiculturales, además del reciclaje de las prendas.
Sus inicios se remontan a principios de los 90, cuando viajó a Nueva York, donde trabajó como conserje y fregó suelos en Queens, viviendo en un pequeño sótano del East Village, en el cual, reciclaba con soltura prendas, conceptos e ideas.
Ya para 1995, se unió al sastre americano, Douglas Hobbs para abrir la tienda de culto, Horn, en el East Village de Nueva York, donde vendía su línea de camisetas llamada “Dugg”, junto al trabajo de otros diseñadores de vanguardia como Alexander McQueen. Horn se convierte en un lugar para que los diseñadores nuevos y experimentales, mostrasen sus colecciones. Cuatro años después, Adrover y Hobbs cerraron la tienda en marzo, para así centrarse en el diseño de ropa de mujer.
Su primera colección llegó en la primavera de 1999 titulada “Manaus-Chiapas-NYC” y en el verano de este mismo año, fue presentada en el teatro latino en Lower East Side de Nueva York. Esta colección representa el viaje de una mujer expulsada de su entorno, luchadora y fuerte.
En otoño de 2000, lanzó su segunda colección “Midtown” que atrajo la atención de Anna Wintour, redactora en jefe de la revista Vogue USA. Este espectáculo fue la interpretación de los peatones en Manhattan y un reflejo de la variedad y mezcla en sus calles: la clase media, los sin hogar, y la clase alta. En ese mismo año recibió el premio Perry Ellis al mejor nuevo diseñador del año.
En septiembre de 2001, presentó en la Gran Manzana su quinta colección, “Utopía”, en la que reivindicaba, una vez más, la necesidad de unir realidades sociales y culturales, entre ellas, las de los países islamistas. Desafortunadamente, dos días después de mostrar su nueva colección, los talibanes atentaron contra las Torres Gemelas, momento que marcó parte del inicio de su fin.
La inoportuna coincidencia de la colección, con los atentados del 11 de septiembre, de alguna manera tuvo un eco negativo en la agenda política y social de su tiempo. Un mes después de los acontecimientos terroristas, la asociación con Pegasus se disuelve. Económicamente la empresa se declaraba en quiebra, aunado con la mala gestión y la coincidencia respecto a la colección con reminiscencias árabes que fracasaron entre los consumidores tras los atentados.
Spring 2003 ready to wear
Spring 2005 menswear
El año pasado, después de más de medio año lejos de los reflectores, que implica vivir y trabajar en Nueva York, Miguel Adrover expuso su trabajo de fotografía pictórica llamado “La Llum” en ABA ART LAB, la galería de Palma.
“Busco afectar emocionalmente a través de la belleza y esta exposición es muy oscura”, aunque se llame “La Llum”, “una metáfora de lo que estamos viviendo”, refiriéndose a la pérdida de la libertad de expresión, “queremos eliminar hasta la historia”. “La gente tiene miedo de estar con ella misma y dedicamos el 70% de nuestra existencia a complacer a los demás. Trabajando en soledad soy más puro que nunca, sin restricciones”, explicó en esa ocasión para Vanity Fair España.
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