Hablar de moda en el 2021 tiene una nueva cantidad de capas de información en comparación con diez años atrás. La moda siempre ha sido un campo de batalla donde se pelean importantes tópicos del acontecer mundial. Visto de lejos, pareciera un tema banal, pero cuando prestas atención, te das cuenta que no es más que un reflejo de lo que está pasando en el mundo. 

Diseñadores como: Vivienne Westwood, Alexander McQueen, Stella McCartney, Barragán, Gypsy Sport, Telfar, Alejandra Muñoz o empresas como  Milk Make Up y Savage × Fenty, entre otros, han demostrado, por medio de acciones, cómo su marca puede puede ser política sin dejar de generar ingresos y al contrario, utilizar su lucha como bandera para sus campañas de branding

Conversar de moda hoy en día implica tocar temas como la sustentabilidad, ecología, ética salarial, inclusión, racismo y cientos de tópicos más. Así, la moda no ha hecho más que reflejar año tras año los conflictos sociales, ambientales y por qué no… luego de una pandemia, los emocionales. 

Sin embargo, me he encontrado varias veces en la posición de no saber qué es lo éticamente correcto a la hora de hacer una compra. Como estilista, me he visto tantas veces en medio de un proyecto donde la única solución aparente es el fast fashion, que de alguna manera, no puedo evitar sentirme un poco hipócrita al querer hablar de sustentabilidad y ecología. Aún así, es algo que trato de mantener en mente, así me torture un poco; es por eso, que constantemente estoy en la búsqueda de vías alternas cuando la situación lo requiere. 

Lo más importante para mí es tratar de adquirir piezas que puedan tener un largo período de vida útil y es ahí donde la composición de la ropa que usas entra en juego. Y aunque son muchas las razones por las que terminamos comprando fast fashion, también hay hábitos de consumo que pueden hacer que disminuya el impacto ambiental de la ropa que compras. 

Por ejemplo, una playera de algodón te asegura un tiempo de vida útil un poco más largo que una playera sintética y aún así, siempre podrás teñirla de otro color e intervenirla para darle una segunda oportunidad. Lo mismo ocurre con los jeans, mientras el material es más puro, más tiempo de vida útil tendrá. 

Y aunque en la ecuación también entran en juego otros elementos como las cantidades de litros de agua utilizados para teñir una pieza a nivel industrial o para blanquear el algodón, cuyos procesos no podrás revertir una vez que adquiriste la pieza, sí puedes ser más consciente con la cantidad de agua que usas para lavarlas.

En ese sentido, no uses una carga de lavadora sólo para lavar una playera que quieras usar y esté sucia. Lávala a mano; no solo ahorrarás agua, sino también extenderás el tiempo de vida útil de tu ropa. Cuando debas usar la lavadora, utiliza agua temperatura ambiente (a menos que la etiqueta de cuidado de tu ropa diga algo diferente); de esa manera ahorrarás un gran porcentaje de energía utilizada únicamente para calentar el agua de la lavadora. 

Prolongar los tiempos de lavado de la ropa es otro aporte que puedes hacer para disminuir el consumo de agua. Por ejemplo, los jeans son piezas que se crearon para trabajar. La tela está diseñada para resisitir largas jornadas laborales y ser utilizados de manera diaria como uniforme, por lo que no necesitas lavarlo luego de una postura, ni siquiera luego de una semana de uso. Entiendo que para muchos resulta desagradable cuando, luego de usarlo por tanto tiempo, la tela se vuelve un poco más delgada y pareciera ya no ajustar igual, por lo que en esos casos, puedes tomar tu jean, doblarlo y meterlo en el freezer durante la noche. Al día siguiente, estarán ajustados como si los hubieras lavado y lo mejor, es que no desperdiciaste ni una gota de agua. 

Algo que hace particularmente interesante a los jeans ,es que se trata de una prenda que se adapta al cuerpo de quien lo usa, por lo que con el paso del tiempo, va tomando personalidad, se va ajustando a tu cuerpo, comienza a alterarse el color para dejar la sombra del celular y las llaves en el bolsillo frontal o la billetera en el bolsillo trasero. De esta manera, los jeans son una pieza que una vez rota, la puedes rediseñar agregando más desgarros o deshilachando las áreas de uso rudo, incluso cambiarles el color, agregarle parches o volverlos shorts. Así, estos pantalones son piezas diseñadas para durar y mutar en el tiempo, no es necesario tener un clóset lleno de ellos, pero sí es importante saber elegir el corte que mejor funcione para ti. 

Son muchas las acciones que podemos tomar de manera individual para poder disminuir el impacto de la ropa que consumimos. Y si bien es cierto que el consumo de piezas sustentables y con tratos éticos para sus trabajadores, suelen tener precios más elevados que los del fast fashion, también es cierto que cada vez más marcas, en diferentes niveles, están buscando la manera de volverse poco a poco más sustentables. 

Por otra parte, hoy en día, la cultura del Internet ha hecho que, cada vez que estamos frente a la cámara de nuestro celular, pensemos que debemos tener un look diferente porque: “esto ya me lo vieron” o porque “ya posteé una foto con este outfit”. Sin embargo, siempre hay soluciones para mantener tu look on point. Así, intercambia la ropa con tus amigues, has trueques con tus seguidores; regala la ropa que no usas o que ya no quieres usar más (aunque siempre podrás sacarle un poco de dinero si la vendes online y le das una oportunidad a que alguien más la disfrute tanto como lo hiciste tú). 

Otra de las vías más sencillas de tener ropa única, con carácter y asegurarte que nadie más tendrá algo igual, es comprar vintage. Al adquirir piezas de segunda mano en tiendas con piezas curadas  o en pacas de mercado, estarás dándole una oportunidad más a esta prenda, disminuyendo el impacto de su fabricación. 

Grandes atuendos como los de Lenny Kravitz, Harry Styles, Luka Sabbat o Timothée Chalamet  se pueden recrear con ropa de segunda mano y al mismo tiempo, te aseguras que nadie más tendrá puesto lo mismo que tú.

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Lenny Kravitz – Copia su look. Corta y altera tus piezas de denim que ya no usas y agrega una bufanda de alguna tela brillante.

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Harry Styles – Consejo Ganador: No tengas miedo de mirar en la sección de damas. La ropa no tiene género.

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Timothée Chalamet en Prada para los Oscars 2020 – Segunda mano no implica sólo ropa de hace 20 años. También hay tiendas físicas y online donde puedes comprar marcas de lujo de temporadas recientes.

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Luka Sabbat – Pro Tip: Comprar piezas de cuero animal no es ético. Sin embargo, darle una nueva vida a las piezas que ya fueron descartadas por su dueño original, disminuye el impacto de su fabricación. ¡Y ni hablar de la durabilidad!

Ahora, la realidad es que es poco probable que alcancemos a llevar una vida 100% sustentable, sin embargo, haciendo pequeños cambios como reducir la compra de piezas de un solo uso, intercambiar , vender o regalar la ropa que ya no usas y hacer consumo de marcas locales , definitivamente estarás generando un gran cambio en la cadena de consumo. Entiendo que de momento puede resultar agobiante, pero con pequeños cambios haces una gran diferencia y una vez que ya sean parte de tu vida diaria, intenta poco a poco incorporar nuevas maneras de consumo que resulten más éticas. 

Si quieres más tips, consejos, recomendaciones de tiendas vintage físicas u online, sígueme en @franciscojrondon y ¡envíame un DM!

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