Muchos de nosotros vimos a nuestros padres vestir saco y pantalón de sastre para ir a la oficina. Crecimos con la idea de que este era el uniforme de los adultos, razón por la que lo repudiábamos casi en automático. Se nos hacía aburrido, soso y que el portarlo era una imposición social o cultural.
Ahora, y gracias a nuestras firmas favoritas, se reivindica su uso por decisión propia. Estas firmas han logrado que el traje sea ese par de piezas -a veces de 3- que, no importa la época de año o la era por la que atraviesa la moda, siempre estará vigente. Ha sido capaz de sobrevivir a las cambiantes tendencias de la industria y más allá de eso, poder adaptarse perfectamente a ellas y potenciarlas al máximo para crear looks fascinantes.
Por consecuencia, la premisa para usarlo esta temporada es: ponértelo para todo sin perder confort ni estilo.
Para la oficina
Si tenemos un trabajo en el que tenemos que utilizar obligatoriamente ese “uniforme de adulto”: ¿por qué no sacar el máximo provecho de eso? La manera en la que vestimos es nuestra carta de presentación, y usar un traje bien confeccionado hablará bien de nosotros de nuestra imagen y, contrario a lo que creíamos, no tiene porque ser aburrido. Sí, existen protocolos que son de carácter riguroso, como el uso de la corbata o tener bien cepillados los zapatos -eso es indiscutible- pero hay ciertas reglas que podemos doblar un poco. Hablemos de los colores, los clásicos de oficina: azules, grises y el infalible negro. En este apartado un estampado hace la diferencia; por ejemplo, una raya diplomática, un cuadro galés o cuadro ventana, el print pata de gallo, etc. Cualquiera de estos puede elevar nuestro juego. Otra manera de elevarlo, y de paso hacerlo más divertido, es portar un pañuelo. Un error común es pretender que combine con la corbata. Lo que lo hace interesante es jugar con las texturas, lo colores y hasta el doblez que se escoja. La camisa también tiene un rol importante: usar otro color aparte de la típica blanca puede hacer que todo funcione.

Foto: Getty Images
Por otro lado, agradezcamos que existe eso que hemos denominado “viernes casual”. Este particular concepto nos permite ampliar el espectro de lo usable para la oficina. La propuesta más atractiva es prescindir de la camisa y sustituirla por un jersey -ahora que se acaban los días más calurosos- Ojo con este impredecible clima, en el que no traer nada debajo del saco más que una prenda de punto significaría un error y resultar contraproducente. Una buena alternativa es un cárdigan por encima de la camiseta.

Foto: Getty Images
Para la calle
Tomemos esa mezcla entre lo clásico y lo urbano, que es, en buena medida, parte responsable de la revolución actual que representa el street style. Un claro ejemplo de esto es integrar elementos utilitarios al traje. Estas piezas que van más allá de un simple accesorio. Los bolsos, en sus distintos formatos que solíamos utilizar, le abren paso a los chalecos multibolsillos, a las chest bags, e incluso a los arneses con almacenaje, como los vistos en shows de Louis Vuitton, Burberry, Dior Men o Junya Wantanabe. Aunque las riñoneras y las bandoleras siguen siendo estrellas.

Foto: NowFashion / Dior Men FW ’19
Las calles también han ayudado a renovar las nociones que teníamos sobre la sastrería. Demna Gvasalia -quien apadrinara el uso de los conjuntos deportivos para cualquier ocasión- pasa de las sudaderas a los blazers bien estructurados. Respeta los viejos códigos que pusieran a Balenciaga en el mapa, pero con ese toque urbano que ha caracterizado al diseñador. Lo que es en otras palabras: tailoring diseñada para nuestras generaciones.

Foto: NowFashion / Balenciaga FW ’19
Todo esto nos lleva a lo siguiente: la silueta. Aunque nos encantaba como nos hacía lucir un coordinado de corte ceñido, lo de las últimas temporadas es usar piezas más holgadas (comodidad antes que nada) La parte superior ahora va oversized, hombros caídos, costados con tela de más, mangas más largas. El pantalón también se hizo más ancho y se le aumentaron algunos centímetros para cubrir una parte del calzado. Ami, Versace, Louis Vuitton y Marni son algunas de las firmas que vaticinan esta tendencia.

Foto: NowFashion / Marni FW ’19
El mejor modo de resumir todos estos puntos, y para llamarlo de alguna forma, podríamos decir que estamos ante la sofisticación del streetwear.
Para el frio
Se acercan los meses más fríos del año y con ello la oportunidad de renovar nuestro guardarropa. No se trata de hacernos de más ropa que, finalmente, solo usaremos por un breve periodo. Sin embargo, sabemos que estamos ante un cambio de paradigma y hacernos más conscientes a la hora de adquirir una prenda es un paso adelante. Comprar menos, comprar de manera inteligente.

Foto: NowFashion / Hermes FW ’19
Si bien sí vale la pena invertir en algunos trajes de tejidos invernales como la franela y el tweed, lo ideal es hacerse de unos jerséis que puedan usarse con trajes que ya tenemos en el clóset. La lana mohair o el cashmere, no solo son telas que se ven muy bien, sino también muy abrigadoras y, sobre todo, duraderas. El objetivo será ponerse creativo: usar colores que contrasten; sustituir un cuello tradicional por un cuello vuelto o perkins, también es una buena opción; finalmente, el movimiento más audaz sería utilizar un punto con estampado llamativo.
La sastrería da un golpe sobre la mesa. Ya no va de dar una impresión exclusiva de elegancia, sino de demostrar que hay un traje y una manera de usarlo para cada hombre.