¡Uf! Qué complicado es todo el asunto de la primera cita. Los nervios que provocan las expectativas: no ser lo suficientemente interesante, atractivo o peor, convertirse en su peor pesadilla amorosa. Una decepción.
Es todo un dilema impresionar a alguien: qué ponerte, de qué conversar, adónde ir … Y luego la vergüenza de ser el único fracasado en no encontrar el amor a cierta edad.
Puede que te sientas miserable, pero lo más insoportable es tener que pensar sobre las mañas de Cupido. En ocasiones creo que el amor es raro. De tanto ver rom-coms o series, esperamos un romance que te haga volar en las nubes, pero la realidad es deprimente y voraz.
El enamoramiento viene cargado de euforia … pero dura poco y a veces, intoxica. Yo no sé quién rayos dijo que en la adolescencia debíamos encontrar a nuestra media naranja. Nadie me advirtió que esa búsqueda sería dolorosa y confusa; que posiblemente mi primera cita sería a la edad de 30 años.
Trágicamente, somos desechables. Si no funciona con uno, te sigues aventurando por el mundo de las citas. No debes sentirte como bicho raro si aún no has tenido una cita. Hay quienes simplemente no lo priorizan. La conexión que tanto anhelas sentir se dispersa hacia una presión social que ni siquiera existe – hace que uno se cuestione todo.

Seamos honestos: ¿quién no se ha inventado una supuesta relación fantasma para no ser el perdedor de tu grupo de amigos? Son el tipo de estupideces que no podemos seguir apoyando. Muchas veces, el rumbo que tiene nuestra vida, se desvía un poco de ese traumático objetivo. La inexperiencia no debería avergonzarte. Sobrepensar las mentiras planeadas, estropea tu autenticidad.
Contar tu verdad no debería ser un problema. Si lo ahuyenta, es un ser nefasto y emocionalmente inmaduro.
Llegar a una relación seria en plena era moderna, es algo complicado. Yo siento que jamás estás preparado, es tu personalidad la que te permite fluir. Es fácil desesperarse, pero debemos entender que la inexperiencia puede ser un amigo.
El propósito de conocerse tiene que ir más allá de lo banal, es fomentar la reciprocidad. Ser buenos el uno con el otro y entender lo quieres. Afrontar una relación seria implica sentar cabeza mediante un desarrollo de tu mente y alma, dejando a un lado los instintos. Evitar que el vacío nos nuble y que el pánico se apodere de ti. No hay edad perfecta, ni técnica infalible. Solo queda intentar, fallar, reírte y volver a intentarlo. Disfruta del fracaso.
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