Hombres ‘Babygirl’: ¿Qué son? y ¿cómo están redefiniendo la masculinidad?

Lo sabemos, detestas que pongamos una infinidad de términos ‘banales’ a micro-tendencias pasajeras que apenas durán unas semanas, pero ¿cómo podríamos nombrar a todos aquellos fenómenos que surgen, alborotan y cuestiona internet? El cómo los varones se han ido retractando de ser fríos, calculadores, déspotas y grises, ha ser genuinamente rosas, es algo que no puedes ignorar. 

Con el surgimiento de nuevos rompecorazones que han sido elogiados por su ‘belleza alternativa’, ya que no son aquellos fortachones, viriles y astutamente peligrosos seres que tanto adoran los hombres, sino, representan un tipo de masculinidad que muchos tallarían como blanda y afeminada. Digamos que son adultos ‘babygirl’. 

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El arquetipo de ‘macho alfa’ ha predominado y ahuyentado a muchos a desenvolver su verdadera identidad. Con estos cambios radicales sobre cómo deben lucir y comportarse en el nuevo milenio, encontramos que la ola de actores como Timothée Chalamet, Jacob Elordi, Harris Dickinson, Pedro Pascal, Josh O´Connor, Drew Starkey y Timothée Chalemet, se presentan como un encantador, franco y singular estilo que libera de estereotipos arcaicos, sin dejar a un lado, la lucha de aquellas personas que añoraron una sociedad e industria más tolerante.

Estamos tan acostumbrados a ver los galones en aburridos y monotonos trajes negros, que olvidamos la personalidad. Ellos han sido capaces de deconstruir el machismo, con sus fascinantes, crudas y estoicas actuaciones que reflejan una oculta y tierna sensibilidad. Este apodo, plasma como se ha ido suavizando una imágen amenazadora, por una inofensiva como en el film Babygirl (ahora entendemos el nombre de tal descubrimiento). Creemos que Samuel tiene el control de Romy (interpretada por Nicole Kidman), pero nos damos cuenta que su descarada e insolente actitud es una fachada sumisa y tímida. Los roles se intercalan. 

Incluso, tienen la seguridad de interpretar y encarnar personajes ‘gays’ con audacia, sensibilidad y respeto — generando cierta empatía y fascinación por querer no someterse por completo a roles violentos y trillados. Además, influyen sobre el lacerado vestir masculino. ¿Perlas, mini-shorts, crop-tops, aretes? Si. Esa juguetona perspectiva opaca los estándares heteros que niegan incorporar prendas sexys, bulliciosas y coloridas. 

Aclarando, no es nada ofensivo decirles ‘babygirls’ aquellos con preferencias y comportamientos de ‘niña’. Muchos lo usarán para señalar debilidad e inmadurez, pero realmente, esto implica connotaciones más efusivas e inocentes. Es un adjetivo que describe ese interés por anteponer tu identidad como una chispa que le da sentido a tu existencia y define un cambio positivo y ejemplar en los demás.