La noche del 4 de septiembre de 2024, se llevó a cabo una cena especial organizada por nosotros Badhombre de la mano de Don Julio 1942. Este exclusivo evento, celebrado en un ambiente íntimo y acogedor, fue una homenaje a la cultura mexicana, el tequila y las emociones que brotan en una noche de despecho, música de karaoke y una exquisita propuesta gastronómica.
En el centro de esta cena, Tequila Don Julio 1942 brilló con luz propia. Este tequila, conocido por su tradición y calidad, fue el acompañante ideal para cada uno de los platillos servidos durante la velada. Los invitados pudieron disfrutar de su perfil suave y elegante, añejado durante 24 meses, que con sus notas de caramelo y vainilla, complementaba a la perfección los sabores del menú.
La propuesta gastronómica, diseñada especialmente para la ocasión, fue un viaje de sabores y emociones. El menú se dividió en tres secciones principales, cada una con un concepto muy claro, invitando a los comensales a “sanar” y “olvidar” a través de la comida.
Bajo el título de “Pal centro (pa’ empezar a olvidar)”, la cena inició con sopecitos y un aguachile de res que, según la descripción del menú, estaba diseñado para hacer sudar y, con ello, ayudar a olvidar el drama de los amores pasados. La panela con chistorra, una combinación deliciosa, fue otro de los platillos iniciales que aportaron confort a la noche.
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La segunda sección del menú, “Tacos (pa’ curarte las penas)”, hizo honor a la tradición mexicana de encontrar consuelo en los tacos. Desde el clásico taco de pastor hasta las versiones más sofisticadas como el gobernador y el villamelón, cada taco representaba una fase del proceso de sanación emocional. El taco de pastor, por ejemplo, se describía como el amigo fiel que siempre te hace sentir mejor, mientras que el taco gobernador evocaba un sentimiento de realeza, al menos por un ratito.
Finalmente, el menú culminaba con “Pa’ compartir (con o sin compañía)”, ofreciendo dos opciones principales: la taquiza, con una selección de 9 tacos diferentes que representaban las distintas fases del duelo amoroso, y la parrillada, un festín de carnes como rib eye, arrachera, y chorizo, acompañados de guacamole y tortillas, una combinación perfecta para dejar atrás los malos recuerdos y celebrar el presente.
Cada sorbo de Don Julio 1942 transportaba a los invitados a un viaje sensorial que celebraba la dedicación y pasión que Don Julio González puso en cada botella. La emblemática forma de la botella, inspirada en la hoja de agave, recordaba la tradición y el legado detrás de esta bebida, la cual ha trascendido fronteras y generaciones, convirtiéndose en un símbolo de excelencia.
La velada, llena de momentos memorables, fue una experiencia única para los asistentes, quienes disfrutaron de una atmósfera cargada de nostalgia y celebración, todo ambientado en una noche que evocaba los sentimientos y recuerdos que traen consigo los clásicos del despecho. Entre los que nos acompañaron a celebrar estuvo Fer Millan, creadora de contenido que en compañía de su esposo el arquitecto Domingo Delaroire, disfrutaron de la noche.
También la compañía de Valeria Treviño, Abraham Zarkin, Mony Serrano, Chris Asecas y Héctor Pardo hicieron que la noche fuera una experiencia memorable. Estos invitados especiales fueron parte esencial del ambiente vibrante y acogedor del evento, donde no solo disfrutaron del exquisito menú y el tequila de lujo, sino también de una noche llena de emociones, recuerdos y celebraciones que reflejaron lo mejor de la cultura mexicana en una noche de despecho y celebración.
El papel de Badhombre en la organización de esta cena fue clave para crear una experiencia que trascendiera más allá de una simple degustación. Con un enfoque en la cultura del despecho y las emociones humanas, lograron capturar la esencia de una noche donde los corazones rotos encontraban consuelo en la comida, el tequila y la música, marcando el sello de los mexicanos.
El karaoke fue otro de los elementos que hicieron de la noche un éxito rotundo. Las canciones de despecho, interpretadas por los invitados, resonaban en el ambiente, creando una atmósfera de camaradería y empatía. Cada interpretación traía consigo una mezcla de melancolía y liberación, y con una copa de Don Julio 1942 en mano, las penas parecían desvanecerse poco a poco.
La cena concluyó con un brindis en honor a Don Julio González y su legado en la industria tequilera. Los asistentes levantaron sus copas de Don Julio 1942, celebrando no solo la excelente calidad del tequila, sino también la tradición y la pasión que hacen de esta bebida un verdadero tesoro mexicano.
El evento organizado por Badhombre fue un recordatorio de que las noches de despecho no siempre tienen que ser tristes; pueden ser una oportunidad para celebrar la vida, los buenos momentos y, sobre todo, para rendir homenaje a las tradiciones que nos unen como mexicanos.
En esta historia en Sala Despecho
Fotografía por Takata Studio por Agus Lingals
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