¿Por qué Jonathan de Snow White redefine lo que significa ser un príncipe de cuento de hadas?

La tumultuosa polémica que ha atormentado a Snow White ha sido un torbellino implacable. El desván ha oscurecido el film y el rechazo por está nueva versión, ha sido cruelmente extremo. Sin embargo, rescatando la magistral banda sonora que nos concedió (algo bueno que elogiar) también nos consta que su historia de amor es apasionadamente tierna y conmovedora. 

Claro, fue una lastima que cambiaran al Príncipe Florian por un apuesto bandido insurgente llamado Jonathan. Este twist generó un severo descontento, aunque tal propuesta fue encantadora de ver. Lo siento, pero el trabajo de Andrew Burnap cautivo desde el momento que nos introdujeron a escena. 

¿El por qué es un buen tipo? 

Resulta que es atractivo, pícaro y soñador. Es presentado como un indomable tipo rudo y voraz, aunque esto es una fachada para sobrevivir la distopía que rige su vida. La carente pobreza que azota su hogar bajo el mando de la Reina Malvada, lo incita a rebelarse y asaltar la madriguera del lobo como un empedernido Robin Hood. La bondad innata de la princesa olvidada, lo salva de ser ejecutado y humillado. Asimismo, enciende tanto un chispa pasional como un espíritu de lucha ante la indiferencia monárquica que los une. 

Cortesía

Pese al distanciamiento, no la olvida. Reencontrándose en el bosque encantado, tras huir de un mismo enemigo, tal encrucijada logra un química muy tierna y afectuosa. Con “Princess Problems” nos resume ese cliché de ver a tu media naranja como algo superficial y alejada de la realidad, pero ocultando su obsesiva admiración.

Entre saber el paradero del rey y salvar a una nación, estos ladronzuelos que juraron lealtad a la vieja guardia — el padre de Blancanieves — luchan por sobrevivir y nadie creyó que el desinteresado Jonathan protegiera la imagen crédula que según atentaba contra sus principios revolucionarios. 

Ingenioso, defensor y atento, logra quedar flechado (literalmente) y quedar malherido en la emboscada. Si bien, sobrevive gracias a los poderes de Doc y festejan (quizás el momento que superó el beso de resurreción) nos dieron un momento hermosamente romántico. “A Hand Meets A Hand” dio el centelleo de esperanza y un acercamiento a estos solitarios tortolitos que sus miradas, nos derritió el corazón. La temeroso e insegura fricción se desvanece.

Si bien, es atrapado, encarcelado y descubrir que Blancanieves fue envenenada con la Muerte Durmiente, no duda en recuperar la confianza que perdió y socorrerla. Conscientes de su amor verdadero, derrocan a la Reina Malvada y sellan la historia, misma que lo convierte en un sensible regente. 

Es melancólicamente hermoso como tal balada nos animó a buscar a un Jonathan dispuesto, franco, honesto y leal que se atreve a superar valerosamente la podredumbre tóxica del hombre moderno con una prosaica voz.

También nos recuerda que el príncipe ideal no es el que rescata, sino el que lucha a tu lado.

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