A lo largo de la historia, hemos podido apreciar cambios radicales en la moda; en un inicio, las prendas eran creadas con pieles de animales y su finalidad principal era proteger y cubrir el cuerpo ante cuestiones climáticas y de salud, ya que en la antigüedad, la indumentaria era un aspecto orientado hacia la funcionalidad y era contemplada como una herramienta de supervivencia.
Años después, el uso de las prendas se transforma y llega a ser un medio para mostrar el posicionamiento o rango jerárquico que posee un individuo en la sociedad. De igual manera, los colores de las prendas indicaban los puestos que las personas tenían en su comunidad.
Así, la vestimenta refleja los cambios y las transiciones en la sociedad a través del tiempo, por ello, se reinventa constantemente y ha llegado a ser un símbolo de expresión creativa. A principios del siglo XIX surge el dandismo, el cual representaba una manera excéntrica de vestir para la época, mantenía un nivel de atención a los detalles y utilizaba técnicas innovadoras de confección. Es por esto, que se convirtió en un símbolo influyente en la moda masculina de las últimas décadas.
La manera en la cual percibimos a la moda ha evolucionado, ahora se consideran los factores psicológicos que pueden llegar a alterar a un individuo, ya que el uso de un artículo puede amplificar emociones y juega un rol importante en la forma en la que una persona es percibida por los demás y por ella misma, pues a la hora de vestirnos, creamos una autoimagen que mostramos al resto.
En la actualidad, se le ha dado una gran importancia a la representación e identificación creativa que la moda engloba. Todo esto se suma a la funcionalidad de una prenda. Sin embargo, no todas cumplen con este requerimiento, puesto que son enfocadas en ser un producto específico para complementar ingeniosamente un look o agregar un plus a un outfit que influya en el respaldo y apoyo emocional de una persona.
Y tú ¿para qué usas la moda?
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