Si revisamos los libros de moda o cualquier otro medio que nos de información relacionada con ella, las fotografías o ilustraciones siempre retratan la vida de las sociedades con alto poder adquisitivo. Y es que esto, pone en evidencia a una industria ha sido solo goce de aquellos con un ingreso más allá del necesario. Pero ¿cómo y de dónde viene esta idea y relación persistente de la moda con las altas esferas de la sociedad?
Es así, como la historia da cuenta de cómo esta situación ha permeado durante siglos, gracias al rol que juega la ropa en nuestras vidas. De acuerdo con el historiador Javier Torres Medina, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, “la ropa evoluciona acorde a la estructura económica, social, ideológica, religiosa, cultural, filosófica, moral, de valores y la ética del momento”.
Asimismo, en la tesina “La moda y la clase social en la era del consumo”, Joan Jiménez Gómez (2008) indaga más allá sobre la importancia social que tiene la vestimenta y cómo es que trabajan las reglas sociales para consolidar o validar acciones.
De esta forma, menciona al sociólogo y economista Thorstein Veblen, quien utiliza el concepto de “consumo vistoso” para recalcar cómo la indumentaria es esgrimida como arma para la competencia social, asimismo, resalta que los bienes son empleados simbólicamente como elementos constitutivos de posición y de estatus. Además, señala en su análisis, que el sociólogo resume en tres apartados interconectados, los cánones pecuniarios del gusto: El primero, tiene que ver con el consumo; el segundo, con el derroche y el tercero, con la opulencia.
“De esta manera, mientras el consumo tiene la finalidad de impresionar a través del poder adquisitivo, el derroche, siendo lo mismo, utiliza el regalo o la destrucción de los bienes para tal fin. En cuanto a la opulencia, con ella se muestra lo lejos que se está de tener que trabajar manualmente para vivir. Pues la indumentaria que no tiene ningún fin práctico, como puedan ser las mangas demasiado largas o los vestidos holgados y transparentes, no dan lugar a la confusión sobre quién pertenece y quién no, a la élite ociosa”.
Una de sus reflexiones más destacas, que explican mejor el fenómeno de la renovación es la siguiente: “Por supuesto que la imitación, al ser consumada por las clases subordinadas, tendrá consecuencias para el sistema. Pues las élites, enroladas en una nueva búsqueda de distinción, intentarán renovar todas las categorías de objetos diferenciadores de estatus”.
En la actualidad, dicho sistema tiende a producir, así como distribuir estilos y tendencias seleccionadas colectivamente y no por una sola clase social o persona. Menciona además, que el impacto de la tecnología, ha hecho que la producción, la innovación y la distribución, no sea cosa de unos pocos.
Por otra parte, dentro de la industria de la moda también existe algo conocido como Teoría del efecto goteo o “Trickle down effect”. Se le llama así al proceso donde la moda surge de los estratos más elevados para después poco a poco filtrarse a estratos económicos y sociales más bajos, hasta llegar a su distribución en masa. Es decir, lo que se ve en las pasarelas de las grandes firmas y de Alta Costura, son imitadas por cadenas de gran distribución (conocidas ahora como “fast fashion”) provocando así, un movimiento de las modas. La Teoría del Goteo de la moda fue presentada en 1899 por Thorstein Veblen, quien escribió “The theory of the leisure class” (Teoría de la clase ociosa).
Otro efecto conocido es el de la Teoría del efecto burbuja o “Trickle-up effect”. La cual refleja estilos y prácticas cambiantes en la moda. De acuerdo con la teoría, los estilos pueden comenzar con la moda juvenil o callejera y ascender progresivamente en la escala de la moda hasta ser favorecidos y usados por consumidores mayores y más ricos.
Una más es la Teoría de la transferencia horizontal o “Trickle-across effect”. Esta teoría argumenta que la moda atraviesa de manera horizontal o cruzada todos los grupos socioeconómicos simultáneamente. Esto gracias a los medios de comunicación (en un primer momento) y a su poder de masas, que ofrecen la posibilidad de seleccionar aquellas tendencias que satisfagan nuestro gusto personal. Así, diseñadores muestran estilos similares en una variedad de líneas, que van desde ropa de diseñador de alta gama hasta piezas asequibles de gama baja. Una vez que aparece un diseño en la pasarela, una variedad de empresas produce prendas similares, lo que permite un acceso generalizado a la moda.
Es por todo esto, que si bien, en un principio, la relación de las altas esferas sociales con la moda, radicaba en su poder de consumo, las nuevas teorías basadas en un amplio estudio social, indican que ya no es así, pues gracias a la democratización de la moda y el despertar progresivo de la mente individual, la moda transciende fronteras bajo un flujo de consumo y propuesta que ya no tiene una sola trayectoria.
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