Hay cierta peculiaridad emocional en la moda que es tan idiosincrática como su lenguaje y, con respecto a su presentación en las plataformas internacionales como Milán, París, NY o Londres, se extrapola de muchas maneras. París y Milán, en ese orden, son las ciudades con el PIB más alto de Europa y no es coincidencia que sean las sedes más grandes de producción y presentación de la industria a la que miles nos dedicamos y venimos (en mi primera vez) como fieles a la Mecca de este bisne.
En una maratónica llegada a Milán (aterricé en París desde México al mediodía, con dos horas para transbordar y llegar a Malpensa -y de ahí dos horas para estar en mi primer desfile internacional) me pegó de golpe la devoción que se profesa a nuestra industria en sus epicentros: Tommy Hilfiger presentó su segunda colaboración con Lewis Hamilton -corredor de la Fórmula 1- dentro del Palazzo de Leonardo Spinola en Milán, a su vez sede de la Società del Giardino -un grupo de aristócratas milaneses responsables de mucho del arte clásico de la ciudad- y el simbolismo estaba perfectamente contextualizado: esta es la nueva orden de la cultura y del poder (también tomando en cuenta que el mecenazgo de la cultura clásica Europea corre mucho por cuenta de casas de moda: Fendi restauró la Fontana di Trevi en Roma, YSL está restaurando el Louvre). El mood era el de un club nocturno contemporáneo invadido por imágenes glitcheadas de esculturas clásicas, ambientalizado por Pusha T en vivo -con puesta en escena del siempre puntual Alexandre de Betak. Por si no les quedó claro con nuestras cinco portadas de Septiembre, lo reitero aquí: Tommy Hilfiger es el epítome del cool de la calle, con ropa sin género, atemporal y lo suficientemente versátil para pasar desapercibido con mil básicos en la mezcla.
En Milán el descanso no es tan necesario -además por la comodidad que representa cruzar de un lado del mundo al otro en 11 horas acostadito en la Clase Premier de Aeroméxico, con las ventajas que representa poder echarme un trago de vez en vez – y el trabajo no para. A la mañana siguiente el desfile de Benetton en colaboración con el genio Jean Charles de Castelbajac reitero el mood que he estado percibiendo esta temporada: la individualidad es ambigua. Nadie es precisamente un original estilísticamente, pero unos tienen más juguetes para jugar que otros.
La colección, también mixta, no concentraba el género en la ropa, sino que reiteraba que los clásicos y la neutralidad funcionan para todos, sin importar forma y edad o representación sexogenérica. Había cierta infantilidad en el diseño, pero no es queja, es una reiteración adulta necesaria sobre la inocencia pueril de usar todos los colores de la caja de crayones para jugar con ellos. Todos necesitamos el suéter hecho de minisuéteres de rayas bretonas para recordarnos a nosotros mismos que la moda es seria por el lado del negocio, pero no debe serlo en la expresividad que nos concede. Splash!
Milán fue tan recreacional como laboral y mi impacto por estar sentado detrás de Anna Wintour en el desfile de Fendi en el tercer día no me permitió ver del todo bien la colección -estaba concentrado en su nuca, pero al día siguiente en el re-see apredí la lección más importante de la semana de la moda hasta ahora: el desfile fue de la colección femenina para la primavera del 2020 -la primera sin los aportes creativos de Karl Lagerfeld- pero realmente me urge fotografiar los duvel coats rosas florales de la pasarela en alguien tan cool como Maluma o J Balvin. ¿De verdad necesitamos hacer la diferenciación de ciertas piezas tan definitivamente? Entiendo que hay prendas que necesitan cortes para las diferencias naturales de los cuerpos -darts en el busto y circularidad en las caderas para muchas mujeres, por ejemplo- pero el total look de Bella Hadid en el runway es tan universal como cualquier abrigo bien cortado, bien hecho y bien presentado. Los nuevos clásicos de Italia van a pautar la primavera del 2020 en la BH. Lo aseguro porque aquí en Milán me queda más claro que nunca que la imaginación y la creatividad no tienen límites.
Para unos cuantos.
Para conocer más de la colección de Fendi, pueden visitar fendi.com y pueden ver un adelanto de #FendiPrintsOn, una colección en colaboración con Nicki Minaj aquí: