La línea masculina de Gabriela Hearst es indiscutiblemente exquisita. A su vez, aquellos trajes con una ligera silueta acampanada, diluye una imagen que se balancea entre una estrella de rock vintage y un moderno, eficiente y cándido oficinista, agraciado con los cortes ajustados de sus chaquetas de mezclilla y la extensiva largura de sus pantalones slim de tiro muy bajo.



Honestamente, la textura y composición de sus piezas, es deleitosa y grata ante la mirada. El denim que está puramente hecho de algodón 100% reciclado, acentúa una cómoda, eficiente e incluso refinada, con la vivida sintonía que emanan sus colores vivos como el abedul dorado y el azul cobalto. La sastrería juega un papel imprescindible en marcar una definida proporción en sus rectilíneos abrigos y blazers.



Este mix de elegancia y despreocupación bohemia, es elevado por sus finos procesos artesanales, convirtiendo un hermoso y vertiginoso abrigo de piel negro y un frondoso jersey blanco, en cordiales estimulantes y apuestas seguras para el invierno, mismas que combinan con las gélidas temperaturas y ese sentido de aventura que perturba, aunque, es tranquilizado por la suavidad flexible y colorida de su selecto layering, que luce fascinante y primoroso, más no aburrido ni tradicional.



Su casual y ubicuo minimalismo es obsesivamente lujoso como su oscura y límpida chaqueta marrón de motociclista errante.



Resto de los looks:
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