“The Brutalist” es una obra monumental cinematográfica que ha trascendido increíblemente por su conmovedora trama y fabulosas actuaciones, que la validó ser la película más elogiada por los Oscars, recibiendo 10 nominaciones, pese a los contrastes respecto al uso de AI y su duración sustancial de casi cuatro horas.
Irónicamente, su director, Brady Corbet, ha vivido solo de los aplausos (literalmente), ya que “no ha ganado ni un dólar” con su prodigiosa historia de un arquitecto húngaro que anhela vivir el sueño americano.
Durante una aparición al Podcast WTF With Marc Maron, confesó que no había recibido alguna regalía monetaria en las dos últimas películas que hicieron, añadiendo que tras realizar tres anuncios en Portugal, “ganó dinero por primera vez en tres años”.
Corbet hizo un énfasis sobre que las giras de prensa son “un interrogatorio de seis meses”, narrando que había participado en 90 entrevistas, la semana pasada. “Trabajamos siete días a la semana”, dijo. “No hay límites. Hay que viajar constantemente y además se trabaja sábados y domingos. No he tenido un día libre desde las vacaciones de Navidad, y eso que sólo fueron cuatro días”.
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Investigando, tenemos que el presupuesto de ‘The Brutalist’ fue de 9,6 millones de dólares, y a una semana de estrenarse en el Festival de Cine de Venecia, distribuida por A24, su ganancias mundiales se estiman alrededor de los 31,1 millones de dólares.
Quizás la inconsistencia más notable de estos films, es cuando se realizan largos, pero extensos tours de promoción. Es lógico viajar a distintos puntos del globo con este objetivo, generando un fortuito engagement publicitario, aunque también es sumamente costoso y las facturas se vuelven exorbitantes. Si el film no alcance una recaudación global considerable que supere el presupuesto — es ahí cuando que el marketing absorbe casi todo y es imposible remendar la catástrofe financiera, pero disimulada por la crítica y galas.

Es aplaudible protestar y hablar sobre este tipo de incongruencias que sufren los creadores de estas fantasías, que en este caso, no es el único que padece explotaciones indebidas solapadas por el ‘arte’, Brady admitió que muchos “colegas que tienes películas nominadas, ni siquiera pueden pagar el alquiler”. Suena tan irreal y lamentable, que sucedan este tipo de abusos tan normalizados (ocultados) en la industria.
“No he tenido ningún ingreso porque no tengo tiempo para ir a trabajar. Ni siquiera puedo aceptar un trabajo de guionista en este momento”.
Fatalmente, no todo galardón es oro invaluable.
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