LOUIS VUITTON por Virgil Abloh.
Louis Vuitton había tenido algunas de las colecciones más celebradas de las temporadas de hombre de los últimos años. Una de las más recordadas fue la de hace un año, cuando lanzaron la colaboración con Supreme, la marca de streetwear más popular del mundo.
El éxito de la colaboración pronosticaba que Virgil Abloh – rey del streetwear con su marca propia Off-White, uno de los pocos afroamericanos en el mundo del lujo, y también de los únicos en esas ligas que no estudió moda – sería también un éxito más en las colecciones de la casa. Depende qué signifique “éxito”. El desfile fue probablemente el más espectacular, con Rihanna y Kanye y Kim Kardashian en primera fila, y una cobertura en redes sociales impresionante.
Quizás también fue la más relevante para el discurso político internacional de inclusión: los modelos eran todos de razas mezcladas, y el mensaje general (ilustrado por figuras de los personajes de El Mago de Oz) fue que todos podemos lograr nuestros sueños si somos constantes. Y en ese sentido fue un éxito, pero una colección es generalmente muy poco para decidir si Abloh es el siguiente gran diseñador en la casa francesa. Dentro de la colección hubo piezas de sastrería que le gustarán al cliente actual, y especialmente los accesorios serán los más deseados de la siguiente primavera: mochilas con cadenas de colores, tenis de cocodrilo, maletas de vinil tornasol.
Habrá que esperar a ver si el discurso de cortes asimétricos con bolsas por todos lados resuena con el cliente de streetwear, que prefiere que los logos sean visibles, porque en muchos aspectos esta colección parece más Off-White que Louis Vuitton. Eso no es algo malo, a todo nos acostumbramos. Especialmente a hacer lista de espera por artículos de lujo que, aunque no representen nuestro gusto personal, definitivamente representan un momento en la historia de la moda, del cual todos queremos ser partícipes. Ya están a la venta las tshirts que regaló a todos los asistentes al desfile en más de US$2,000 en eBay. Todos quieren una pieza de historia, aunque la historia no les guste tanto.
DIOR por Kim Jones.
En su trabajo anterior como director artístico de hombre para Louis Vuitton, el Sr. Jones logró incorporar referencias a la historia de la casa en sus colecciones, acercar al mundo del arte al comprador casual de lujo, y hacer los espectáculos más esperados de la temporada con desfiles llenos de celebridades vestidas en sus estampados insignia.
En su colección debut para Dior hizo lo mismo: analizó desde el día que llegó a la casa, los archivos de la vajilla del Sr. Dior, y los reinterpretó en chamarras con plumas cubiertas con vinil, en la clásica Saddle Bag, ahora para hombre, y en gorras con el clásico broche CD pero ahora para el usuario de skateboards. Y había en muchos casos similitudes con las últimas dos colecciones que hizo para Vuitton, especialmente en el uso del monograma en piezas masculinas, en la yuxtaposición de vinil con seda con tul, en el uso de estampados de flores, y especialmente, en la colaboración con personajes de la corriente street.
Lo hizo con Supreme y los hermanos Chapman en Vuitton, y ahora en Dior con KAWS (en las piezas, en mi opinión, menos exitosas de la colección, porque un amante del logo de abeja del Dior Homme de Hedi Slimane, no creo que aprecie la versión caricaturesca de KAWS).
Lo que hizo sorprendentemente bien fue incorporar la herencia del haute couture de Christian Dior en la construcción de la ropa masculina. Cada pieza parecía hecha a mano, con plumas y bordados, y una mezcla de materiales que recuerdan a las construcciones de la alta costura femenina.
Las chamarras tienen un forro de gasa con logos, los sacos tienen pinzas y cortes que se le verán bien a muchos tipos de cuerpo. Y hay muchos accesorios que probablemente se conviertan en los más deseados de los hombres la siguiente temporada, al igual que el Dior de Maria Grazia Chiuri en mujer que ha tenido tanto éxito editorial y comercial. Este fue el renacimiento de Dior, que aunque tuvo éxito en los últimos años al mando de Kris Van Assche, nunca fue la marca más deseada del mundo. Ahora sí será. Ya se acabaron los tiempos de extrañar a Hedi Slimane.