La tenaz finura de Montblanc continúa redactando su historia gracias a la inventiva manuscrita de Wes Anderson, cuya elocuente y satírica narrativa ha forjado una alianza con la maison que trasciende más allá del poder de la tinta.
Inspirado en el legado artesanal de Montblanc – en específico, las plumas baby de las décadas de 1910 y 1920 – creó el “Schreiberling”: un instrumento de escritura que le permite seguir redactando historias como el film Meisterstück, que conmemoró el centenario de la marca, al imprimir su toque e identidad visual en cada palabra guionizada.


Esta animada pieza es una reinvención engrandecida por su vibrante y colorida laca. Un diseño histórico que se complementa por un set de escritura que alude a las cajas de herramientas de lata que a menudo se ven en las películas de Anderson: un cuaderno, una regla y cartuchos de tinta.
Curiosamente, tal limitativa cifra corresponde al año de nacimiento del ganador del Premio de la Academia.

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